El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha anunciado la aprobación de un nuevo Real Decreto-ley en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros ordinario que supone la flexibilización del empleo de parados e inmigrantes para hacer frente a las campañas de recogida del campo español durante los próximos meses ante las consecuencias de la crisis del coronavirus.

Planas asegura que el campo español necesita hasta 80.000 trabajadores para las cosechas de las próximas semanas, trabajadores que habitualmente eran de origen marroquí y que, por las restricciones de movimiento para paliar la expansión del coronavirus, no pueden trasladarse a España en este momento.

Así, tras valorar la situación y reunirse con los diferentes sindicatos agrarios, el Ministerio de Agricultura ha optado por ocupar a parados e inmigrantes en el campo y, de esta forma, asegurar la producción y el abastecimiento de la sociedad española, además de asegurar que no haya un incremento de precios elevado.

El ministro ha asegurado que el abastecimiento es “regular en cantidad y calidad” y que la situación es de práctica normalidad pero ha recordado el carácter estacional de las tareas del campo. Asimismo, ha reconocido que el 65% de la producción se exporta a la Unión Europea, donde el tráfico de mercancías está fluyendo con normalidad.

Para ello, ha explicado que se contratará a parados de las zonas rurales y a colectivos de inmigrantes para estas tareas, cuyo permiso de trabajo concluya entre el 14 de marzo, con la declaración del estado de alarma, y el 30 de junio. En la misma línea podrán acogerse los jóvenes de entre 18 y 21 años de terceros países que se encuentran en situación regular, a los que se les facilitará el permiso de trabajo para incorporarse al campo.

Según ha informado el Gobierno, estos trabajadores no perderán su prestación por desempleo, subsidio o renta agraria, mientras trabajan en el campo, sino que podrán compatibilizarlo.

COAG, el sindicato agrario mayoritario en España, ha asegurado que el campo necesita mano de obra de forma urgente para comenzar la recogida de fruta de hueso, cubierta solo hasta el 60% hace unos días, donde Aragón, Cataluña, Murcia y Extremadura son las principales productoras y emplean habitualmente a 30.000 personas, el 85% de origen extranjero.