El 1 de mayo de 1886, 200.000 obreros de Chicago (Estados Unidos) se declararon en huelga para conquistar el derecho a la reducción de la jornada laboral hasta las ocho horas diarias. Días después, durante la revuelta de Haymarket, decenas de obreros murieron a manos de la policía, que disparó fuego real tras la explosión de un artefacto. Finalmente, ocho obreros fueron condenados sin pruebas y en un proceso sin garantías, cinco de ellos a muerte, convirtiéndose en los Mártires de Chicago para el Movimiento Obrero y dando lugar más adelante al Día Internacional de los Trabajadores.
En España no fue hasta 1919, gracias a la huelga de La Canadiense desarrollada en Barcelona, que se consiguió establecer la jornada laboral de 40 horas a la semana, siendo el tercer país del mundo en hacerlo, por detrás de Uruguay (1915) y la Unión Soviética (1917), y el primero de Europa, varias semanas antes que Francia. Más de cien años después, las condiciones laborales de los trabajadores han cambiado mucho, pero la jornada laboral legal sigue siendo la misma, aunque algunos sectores gozan de tiempos de trabajo inferiores contemplados en sus convenios.
La afiliación a la Seguridad Social, con 21,8 millones de trabajadores, se encuentra en máximos históricos del país y se encamina a superar la barrera de los 22 millones. A su vez, el paro se sitúa en torno a los mínimos que se registraron antes del estallido de la crisis inmobiliaria, con menos de tres millones de personas. La reforma laboral de 2021 sigue haciendo crecer y proliferar las relaciones laborales indefinidas, pero los salarios de la clase trabajadora siguen siendo muy bajos y su relación con bienes de primera necesidad encarecidos por el sistema, como la vivienda, los hacen más insuficientes.
Situación laboral en España
Casi 22 millones de asalariados en todo el país y la mitad cobran menos de 21.600 euros al año; es decir, 1.540 euros brutos al mes (en 14 pagas) que apenas alcanza para pagar el alquiler de un piso en cada vez más ciudades españolas. Así se desprende del último informe de Adecco, relativo a noviembre de 2024, que sitúa la mediana salarial (que divide en dos a la población) en esta cuantía y apunta que el salario más frecuente (modal) es de 18.500 euros, que se traducen en 1.321 euros mensuales y antes de impuestos.
El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se ubica en máximos históricos, después de subir un 47% en los últimos siete años, pasando de los 736 a los 1.184 euros; y ya ha sobrepasado tablas salariales de algunos convenios obsoletos y servido para elevar otros en las negociaciones. Asimismo, el Consejo de Ministros prevé aprobar el proyecto de ley de la reducción de jornada a las 37,5 horas el próximo miércoles, después de haberlo tenido que aplazar una semana tras el apagón, a expensas de lo que decida el Congreso de los Diputados.
Los abordajes, si bien han mejorado notablemente la vida de los trabajadores, son insuficientes si no se acoplan con la evolución del precio de la vida y las exigencias del propio sistema. La vivienda es la asignatura pendiente que sobresale entre todas, aunque los alimentos, la electricidad, los suministros básicos y el ocio, igual de necesario que lo anterior, también están al albur del mercado. Muchas luchas entre los trabajadores y los empresarios, también con exigencias a las administraciones públicas, abiertas desde hace más de un siglo.
Movilización sindical
Ante esta tesitura, los sindicatos se movilizan en el festivo nacional. Desde el 14 de noviembre de 2012 no se convoca una huelga general por los sindicatos que más afiliados acumulan, aunque existen excepciones como la huelga general feminista del 8M de 2018, asumida por CNT y CGT, y la del 27S de 2024 para protestar por el genocidio de Israel sobre Palestina, promovida por Solidaridad Obrera y CGT. Así y todo, todas las organizaciones saldrán a la calle para reclamar más derechos para los trabajadores.
Los dos principales sindicatos, UGT y CCOO, lo harán bajo el lema ‘Proteger lo conquistado, ganar futuro’, “firmemente comprometidas con un sindicalismo internacionalista, solidario y transformador, reafirmamos en este 1º de Mayo nuestro compromiso con la cooperación”. En esta ocasión, las dos organizaciones quieren extender el foco más allá de España, pidiendo la finalización de la guerra de Ucrania, de la ocupación, apartheid y genocidio de Palestina y llamando a plantar cara a la guerra comercial detonada por el presidente de los Estados Unidos (EEUU), Donald Trump.
En materia española, “es imprescindible seguir impulsando el diálogo social para reforzar el empleo digno, mejorar los salarios a través de la negociación colectiva, garantizar el derecho a la vivienda, especialmente dañado entre la juventud, pero que supone un problema social de primer orden, y avanzar en igualdad de género y en la lucha contra la violencia machista”. A la espera, también, de la reducción de jornada. Con todo, consideran “necesario proteger lo conquistado y movilizarnos para ganar el futuro” y plantean 15 puntos:
- Por la reducción de jornada, para ganar tiempo de vida
- Por los salarios, para ganar estabilidad
- Por el feminismo, para ganar igualdad
- Por la igualdad, para ganar libertad
- Por la negociación colectiva, para ganar derechos laborales
- Por la salud laboral, para ganar calidad de vida
- Por el sindicalismo, para ganar democracia
- Por la democracia, para poder respirar
- Por las pensiones, los cuidados, la educación y la sanidad públicas para ganar bienestar
- Por la industria y el campo, para ganar economía productiva
- Por la vivienda, para ganar autonomía
- Por la cultura, para ganar pensamiento crítico
- Por los derechos humanos, para ganar solidaridad
- Por la solidaridad, para ganar seguridad
- Por una Europa social contra la barbarie externa e interna