El féretro con los restos mortales de la reina Isabel II ha salido este lunes del palacio de Holyrood, en Edimburgo, rumbo a la catedral de San Gil, en un cortejo fúnebre en el que están presentes miembros de la familia real, entre ellos el rey Carlos III.

Miles de curiosos se agolpan en las calles de la capital escocesa para seguir el cortejo, con el que continúan los actos protocolarios por el fallecimiento de Isabel II, que murió el jueves en su residencia de Balmoral.

La catedral de San Gil acogerá una misa esta tarde en presencia de miembros de la Casa Real y también de altas autoridades como la primera ministra, Liz Truss. Posteriormente, está prevista una vigilia a la que acudirá Carlos III.

Ya el martes, el féretro será trasladado a Londres, hasta el Palacio de Buckingham, desde donde partirá el miércoles un nuevo cortejo fúnebre rumbo a Westminster, escenario de una capilla ardiente que durará varios días.

Carlos III recibe las llaves de Edimburgo

Carlos III de Inglaterra ha recibido este lunes las llaves de la ciudad escocesa de Edimburgo en el marco de un acto celebrado poco antes la misa que tendrá lugar en la catedral de San Gil para conmemorar la figura de la reina Isabel II, fallecida el jueves a los 96 años.

Durante la ceremonia, el lord preboste de Edimburgo, Robert Aldridge, ha ofrecido las llaves de la ciudad al monarca, que las ha tocado y ha procedido a pronunciar el mensaje ceremonial: "Devuelvo estas llaves, perfectamente convencido de que no pueden estar en mejores manos que las del lord preboste y los consejeros de mi buena ciudad de Edimburgo".

El acto de entrega de las llaves ha tenido lugar después de que se dispararan 21 salvas desde el castillo de Edimburgo y de que se tocara el himno nacional frente al palacio de Holyroodhouse en honor al nuevo rey, proclamado formalmente el sábado tras la muerte de su madre.

Está previsto que Carlos III encabece una procesión en la que el féretro con el cadáver de la reina abandonará el palacio para ser trasladado a la catedral de San Gil. El rey y otros miembros de la familia real seguirán el ataúd durante la conocida como Milla Real.