"El amor lo puede todo, sí lo puede". Estas eran las desafortunadas palabras con las que Paz Padilla se ha referido hoy a la violencia de género.

Justo cuando hablaban de Rocío Carrasco y su hija Rocío Flores, la presentadora ponía como solución a la nula relación entre ambas que se encerraran en una habitación y no salieran hasta que consiguieran volver a tener relación.

Una conexión entre ambas que se rompió hace casi una década cuando la hija de Antonio David Flores maltrató y agredió a su padre, tal y como demuestra una sentencia condenatoria publicada en exclusiva por Vanitatis en 2020.

Tal y como se explicó en la docuserie Rocío, contar la verdad para seguir viva, este "maltrato habitual" y la agresión que provocó que Carrasco intentara quitarse la vida, era fruto de la violencia vicaria, ese tipo de violencia de género que se ejerce con el objetivo de causar perjuicio o daño a las mujeres maltratadas a través de sus familiares y amigos y, muy especialmente, a través de sus hijos.

Al decir la idea, Kiko Hernández paraba los pies a la presentadora y le hacía ver lo que estaba diciendo. "Trendrán que estar preparadas las dos. Tienes razón al 90% si no estuviéramos hablando de lo que estamos hablando. Que no se hablen por un cabreo en una cena de Navidad pues vale, lo entiendo, vamos a arreglarlo y vamos a hacer de intermediarios, pero cuando ha habido tantos camiones de mierda...", decía mientras la presentadora le interrumpía.

"El amor lo puede todo", decía Paz Padilla. "¡El amor no lo puede todo!", le gritaba su compañero muy cabreado al ver las palabras de su compañera. "Sí lo puede", respondía ella cerrando los ojos. 

A continuación, empezaba a disertar sobre lo que para ella puede hacer el amor en un caso de maltrato fruto de la violencia de género: "El amor como amor, como concepto, el amor incondicional, el amor que pongo, mi odio, mi rencor mi envidia.. antepongo mi amor. Si hay amor olvidamos el rencor, si hay amor olvidamos lo que ha sucedido".