Hace ahora cinco años, el 10 marzo de 2008, como consecuencia de la globalización y de las nuevas tendencias hacia una supuesta modernización de la Iglesia católica, el cardenal Gianfranco Girotti (entonces regente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano) hizo pública una lista con siete nuevos pecados, que pasaron más bien desapercibidos y a los teólogos vaticanistas bautizaron como “pecados sociales”, una especie anexo y complemento a los siete “pecados capitales’ (lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, soberbia y envidia) que en el siglo VI promulgó el papa Gregorio Magno.

Los siete pecados sociales
Los nuevos “pecados sociales” del siglo XXI propuestos por la Iglesia fueron: 1-Las violaciones bioéticas (como la anticoncepción). 2-Las técnicas experimentos moralmente dudosas (como investigar con células madres. 3-La drogadicción. 4-La contaminación del medio ambiente. 5-Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres. 6-La riqueza excesiva. 7-Generar pobreza.

Sin ánimo de teologizar (o tal vez sí, chi lo sa?), apenas tuve conocimiento de los siete nuevos pecados, los consideré una solemne estupidez además de un error expositivo porque algunos duplicaban la condición de ‘pecado’ de otros existentes como en el caso de la ‘avaricia’ (pecado capital) a la que se renombraba como “riqueza excesiva” (pecado social).

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