“Hablaremos en nada, en nada, con un especialista sobre lo que le pasó a un croata al que le atravesó un rayo todo el cuerpo y su propio pene hizo de toma de tierra… Atentos, que no es cualquier cosa”. La frase recoge literalmente como el ínclito Javier Cárdenas comenzó este lunes su programa Hora punta en esta televisión PPública que padecemos.

Hablar de política, es caca

Y, en efecto, hablando sobre si quedó discapacitado de “la parte que os imagináis” pasaron los tertulianos y el conductor con el especialista (un médico) los siguientes minutos, en los que también anunciaron que iban a hablar de un señor al que llaman “anaconda ¿sabéis por qué?”.

A este tipo de bazofia-programa es al que ha entregado su prime time La 1 de TVE, en competencia, por ejemplo, con El Hormiguero, o con el Intermedio. Bien es verdad que a Cárdenas le dieron la orden repetida, según le han confirmado directivos de TVE a este periódico, de evitar la política y los temas incómodos. Y cierta razón no les faltaba si se tiene en cuenta que el tal, en su versión estrella de la radio, dejó perlas como que Hitler no fue un dictador “porque fue elegido por el pueblo”.

Audiencias hundidas

Es el ejemplo más claro de los monstruos televisivos que ha dado esta televisión pública, entregada a la caspa y lo chabacano, mientras cadenas privadas hacen los programas de servicio público que debieran hacerse en ella. Como venimos informando, es la misma línea que se sigue en sus telediarios: la de dar cada vez menos política y más reportajes sobre concursos de croquetas; la de hacer un despliegue con la concesión del Nobel a Dylan, mientras casi se pasa de puntillas sobre el interrogatorio a Francisco Correa en el juicio de la Gürtel.

La propia contratación de Javier Cárdenas, que ya se intentó, bien que infructuosamente, al poco de desembarcar el PP en RTVE, ha sido posible ahora porque, aunque pudiera parecer inimaginable, el deterioro es tan continuo y descabellado que los actuales directivos, por comparación enloquecida, hacen posible que tanto trabajadores de la empresa pública, como los espectadores, echen casi de menos los tiempos de González Echenique como presidente y Somoano al frente de los informativos. Y claro, nos llevan a pensar que la RTVE anterior a 2012 fue un espejismo de nuestra memoria.

Sánchez y Operación Triunfo

Cárdenas está ahora en TVE sólo gracias, nos aseguran, a la ayuda que le ofreció el director de TVE, Eladio Jareño, chico mandado de Jorge Fernández y Alicia Sánchez Camacho. El resultado de su telebazofia lo dan los índices de audiencia. El lunes los penes y las anacondas de Hora Punta pusieron a TVE en un 8% en ese prime time. Más hundimiento para una cadena que ya se mueve hacia un raquítico 9 de media de share, mientras hace cinco años andaba seis puntos por encima en sus días malos y lideraba el sector.

Preocupado precisamente por la patética herencia que va a dejar, dicen en Prado del Rey que José Antonio Sánchez se ha tirado en los brazos de Operación Triunfo, de los tres documentales y el Concierto en directo previstos para los próximos domingos. El 24% de audiencia que obtuvieron los triunfitos para dejar la cadena (se prevé su ansiada salida antes de final de año) de vuelta por encima del 10% de share, ya penoso, con la que la recogió e intentar disfrazar así su terrible gestión de estos casi dos años al frente de la radiotelevisión pública.

Eso sí, la televisión pública, la que pagamos todos, pone a competir Operación Triunfo con un programa como el Salvados de Jordi Évole en La Sexta. El sentido común diría que en esa ecuación los programas están colocados en las cadenas inadecuadas. Pero claro, no parece que esa virtud, la del sentido común, sea la que presida (nunca mejor dicho) TVE.