El Instituto Internacional de Prensa ( IPI ) junto con la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información ( PDLI ) han hecho público el primer informe sobre acoso digital en España enmarcado en el proyecto Ontheline, cuyo objetivo es el de poder poner en marcha en las redacciones de los seis países europeos donde se ha realizado el estudio, medidas para paliar este problema.

El resultado del estudio es fruto de un encuentro que ambas organizaciones mantuvieron en Madrid y Barcelona entre el 23 y el 27 de Abril de 2018 con medios de comunicación, periodistas y sindicatos de prensa para conocer la envergadura del acoso digital en España, así como para  definir tácticas efectivas para erradicarlo.

Observaciones del Informe

La primera conclusión del dictamen es el crecimiento del acoso y las amenazas digitales a los profesionales de la información. Destaca que a pesar de la transversalidad, estas manifestaciones tienen como principales damnificadas a las mujeres, tanto por el énfasis de las injurias como por las maniobras de intimidación de las que son objeto.  “ Humillaciones por el aspecto físico, insultos machistas, amenazas de agresión sexual, así como el ninguneo o los mensajes intimidatorios hacia la familia “ forman parte de los principales ataques  a las mujeres, conforme se relata en el escrito.

Dos de los principales causantes del desarrollo de estas conductas son la polarización política y el proceso independista en Cataluña, ya que tal como relata la publicación, “  han generado un contexto de crispación que tiene su reflejo en internet “. La red, se ha convertido en una “ trinchera ideológica, en donde fanáticos de distintas ideologías intimidan, insultan a periodistas y desacreditan su labor “.

Consecuencias y conclusiones

Estas provocaciones suscitan efectos secundarios en el ámbito laboral, de manera especial entre los profesionales autónomos, que temen perder colaboraciones por ser tachados de problemáticos. Además en lo personal, en especial las mujeres, suelen acarrear consecuencias psicológicas como “ataques de ansiedad, depresión o autocensura “, en los casos extremos acoso.

Para atajar este escollo los profesionales del gremio proponen no solo un protocolo de actuación en las redacciones para responder al acoso en la red, sino también el reconocimiento del fenómeno como un problema que no afecta de modo individual al periodista, sino a todo el medio de comunicación.

Según recoge el informe sobre las medidas contra el acoso, “ uno de los factores que ayudan a prevenir el impacto emocional y laboral es el nivel de exposición de los profesionales a las amenazas “. Para ello proponen un sistema eficiente de gestión de comentarios en las webs. Esto es, filtrar quién puede comentar y qué se puede comentar. Para lo primero es necesario implementar en los medios la suscripción y el registro de usuarios. La suscripción reduce el número de comentarios agresivos, ya que en el proceso sería necesario aportar una serie de datos como el nombre y los apellidos, el DNI o el correo electrónico, entre otros.

En el segundo caso, la gestión de comentarios, que no solo se desarrolla en las propias plataformas de los medios, sino además en las redes sociales, ya que son el lugar en donde se trasladan con frecuencia las campañas de desprestigio y acoso. Los profesionales sugieren que los community managers, se responsabilicen  de ocultar los comentarios que incluyan insultos u otro tipo de violencia, ya sean dirigidos a periodistas o a otros lectores.

El informe concluye con una serie de medidas para gestionar el impacto emocional y laboral sobre los periodistas cuando la agresión ya se ha cometido. Para ello destacan tanto el apoyo del medio, como la formación a los periodistas y a otros miembros de los equipos para saber actuar en estos casos