La leucemia es una de las enfermedades más temidas, aunque tenga una de las tasas de supervivencia más alta dentro de los diferentes tipos de cáncer. Seguramente, ese miedo se derive de la asociación inmediata con los niños, y no es para menos, ya que se trata del tipo de cáncer más común entre los menores de 0 a 14 años. Un estudio publicado en la revista Nature Medicine, y financiado con una ayuda de la convocatoria CaixaResearch de investigación en salud (de la Fundación “la Caixa”) de un millón de euros, trae muy buenas noticias: Ya es posible un diagnóstico precoz, algo que puede ser fundamental para evitar recaídas después del tratamiento.

¿Pero qué es la leucemia? Se trata de una proliferación incontrolada de células de sangre anómalas, las cuales infiltran la médula ósea, con lo que impiden la producción de células sanas, para luego acabar invadiendo no solo la sangre, sino también otros órganos. Lo que promueve el estudio, coordinado por el Dr. Elías Campo, es un cambio de visión radical sobre cómo progresa esta enfermedad. Las células que provocan la recaída después del tratamiento, que suelen ser muy agresivas, pueden ser detectadas incluso muchos años antes de que se manifiesten complicaciones.

Esquema de la evolución de la leucemia hacia un tumor más agresivo

En resumen, antes se creía que eran siempre las mismas células las que evolucionaban hasta convertirse en tumores más agresivos y, estudio mediante, se ha comprobado que algunas células ya adquieren estas alteraciones al principio de la enfermedad, pero en ese momento se encuentran en cantidades muy pequeñas. Identificadas en ese primer momento, pueden ser controladas de manera más eficaz para que no provoquen la temida recaída. Según palabras de Elías Campo es “como si la célula madre de la leucemia hubiera engendrado muchísimas semillas hijas desde el inicio de la enfermedad, cada una de ellas con alteraciones diferentes que les permitirá crecer en el futuro cuando las condiciones le sean más adecuadas”. La nueva perspectiva permitirá desarrollar pruebas diagnósticas mucho más sensibles con las que detectar y tratar esas semillas malignas mucho antes de que se descontrolen.

Si ya algunos tipos de leucemia presentaban un alto grado de remisión o curación, este gran paso adelante abre un mundo de optimismo. El diagnóstico precoz facilitaría el control total de este cáncer en muchos más casos. Siempre se dependerá del subtipo de leucemia que se trate, pero el grado de afectación en el momento del diagnóstico inicial es determinante. Si se logra adelantar ese diagnóstico meses o incluso años, estamos hablando no de un paso adelante, sino de muchos más.