El programa Incorpora de la Fundación “la Caixa” trabaja para la integración laboral de colectivos vulnerables. Durante 2021 facilitó un total de 41.482 puestos de trabajo. Entre los beneficiados está Mujib, que ha cumplido su sueño: tener su propio bar. No era tarea fácil, ya que la pandemia afectó de forma muy directa al sector de la restauración. En octubre, este joven afgano abrió La Terrassa del Mercat, en Sant Carles de la Rápita (Tarragona).

Su historia de superación es admirable. En 2014, con solo 14 años, abandonó su convulso país –basta con ver cuál es el presente de Afganistán a día de hoy-. Su primera escala fue Noruega, donde pasó tres años con una familia. Para un afgano, tan difícil es aprender noruego como aprender catalán o castellano, pero Mujib no se amilanó y, sabiendo que su sitio no era el país nórdico, emprendió una nueva aventura rumbo a Barcelona. Nuevos idiomas, nueva ciudad, y ningún conocido a su lado. Acostumbrado a los retos, el joven apostó por el camino de la formación para seguir evolucionando. Y en esas estaba, cuando escuchó por primera vez hablar del programa Incorpora de la Fundación “la Caixa”.

“Mi pasión, tener un objetivo claro y asesoramiento del programa Incorpora me han ayudado a conseguir mi sueño”

En ese marco, Mujib se formó como camarero de pisos, a través del Punto de Formación Incorpora, gestionado por la Fundació Privada Gentis. De allí, pasó a formar parte de Incorpora Jove, una iniciativa dirigida a jóvenes en búsqueda de empleo. A esta altura, ya estaba haciendo sus primeros pinitos en hostelería, con trabajos temporales. Ya le había picado el bichito del emprendimiento, de tener su propio proyecto. “Los trabajos esporádicos estaban bastante bien, pero me di cuenta de que lo que realmente me hacía ilusión y me motivaba era poder tener algún día mi propio negocio”, dice Mujib.

Una de las cosas que más me sorprendió del técnico de autoempleo fue el entusiasmo con el que me explicaba todos los aspectos

La puerta se abrió cuando un local cercano al mercado de Sant Carles de la Ràpita, su lugar de residencia, se puso en alquiler. La actitud valiente que le había llevado tan lejos desde hacía años fue la que esta vez le hizo atreverse y dar su primer paso como emprendedor: dirigirse al Punto de Autoempleo Incorpora, y con ellos se puso manos a la obra. Sus significativas palabras no dejan lugar a dudas: “Recibí todo el apoyo y asesoramiento necesario para iniciar con garantías mi proyecto emprendedor. De ellos, lo mejor que me llevo es la relación humana, la profesionalidad, la sinceridad, la proximidad y la ayuda incondicional en uno de los momentos más difíciles de mi vida”. Para ello, recibió el apoyo de un técnico de autoempleo, con quien compartió pasión por lo que estaban haciendo, lo que permitió una gran conexión personal y profesional.

“Los sueños no se cumplen porque sí, hay que trabajar en ellos”

Hoy, el joven afgano tiene su propio negocio con solo 21 años y lo saca adelante día a, sorteando los obstáculos propios de la puesta en marcha de un negocio, sumados a las limitaciones y cierres temporales impuestos al sector de la hostelería debido a la pandemia. El mensaje que nos deja Mujib es que “los sueños no se cumplen porque sí, hay que trabajar en ellos”.