Vox Toledo ha saltado por los aires. En apenas 24 horas sus dos únicos representantes en el Ayuntamiento han anunciado su marcha. La ciclogénesis arrancó el lunes con la marcha del portavoz municipal, Alberto Romero. El martes le siguió su único compañero de bancada, Luis Miguel Núñez, quien en su caso se dio de baja del partido, pero ha mantenido su acta y será no adscrito.

En unas declaraciones recogidas en El Periódico CLM, Núñez argumentó que “cuando alguien toma una decisión no es solo por una causa exclusiva. Es por una suma de motivos, y uno de ellos pueden ser los cambios a nivel organizativo en Vox Toledo “.

Luis Miguel Núñez justifica que mantiene su acta porque adquirió un compromiso “con la ciudad de Toledo y los toledanos” que cumplirá “hasta las últimas consecuencias”.

Vox Toledo emitió un comunicado lamentando la situación y acusando a Núñez de tener “un comportamiento que muestra una ambición política que antepone sus intereses personales al servicio que debe a los ciudadanos de la capital de Castilla La Mancha”.

Este desenlace no se ha resuelto en un par de días, sino que viene de lejos. Ya antes de las elecciones, se generó cierta polvareda. Núñez iba a ser, en un principio, el número uno de la lista. Tanto fue así que su nombre figuró como cabeza de la candidatura en el BOE (Boletín Oficial del Estado). Poco tardó en revertirse esto.

Antes de los comicios, Vox cambió de parecer y alzó a Romero como número uno, por encima de Núñez. El objetivo, según la formación, era “conseguir aún mejor representación de los toledanos”.

La marcha de Romero, según Núñez, no está relacionada con su decisión. Por su parte, Vox Toledo le acusa de haber mantenido contactos con el Partido Popular sin tener la autorización para ello y denuncian que su trabajo como concejal ha estado por debajo de las expectativas.