Sumar quiere incluir la lengua asturiana (bable) y el aragonés como opción de estudio en las EOI (Escuelas Oficiales de Idiomas). Junto a la misnistra, la sugerencia ha sido propulsada junto al diputado Jorge Pueyo como una proposición no de ley impulsada para modificar el Real Decreto que regula que estas lenguas puedan tener lugar en el marco académico.
Como explica El Confidencial, el partido tratará de modificar el artículo 1 del Real Decreto 1041/2017 del 22 de diciembre con la intención de fomentar el estudio de las lenguas que “por razones culturales, sociales o económicas presenten un interés especial”, pese a estar “reconocidas por la legislación de las comunidades autónomas y protegidas por la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias”. Entre ellas, engloba el aragonés, aranés, asturiano, catalán, euskera, gallego y valenciano, según expone Díaz. De esta manera, añade, se facilitará y fomentará su “enseñanza, aprendizaje, evaluación y certificación”.
En la regulación, se entiende por lengua “regional o minoritaria” aquellas que sean reconocidas como oficiales como es el caso de el aragonés, reconocido en la propia legislación aragonesa. Como explica la ministra, llevar estas lenguas más allá de sus franjas e incrementarlas en el repertorio académico se considera una “manifestación del patrimonio histórico y cultural aragonés” apelando además a su “valor social de respeto, convivencia y entendimiento”. En esta misma línea se posiciona el asturiano, también reconocido en el estatuto de autonomía de Asturias.
En el marco aragonés, el diputado de Sumar en el Congreso, Jorge Pueyo es uno de los máximos exponentes de esta propuesta, que ya en diferentes ocasiones se ha expresado en el Congreso a través utilizando su lengua materna: "en comisión alguna vez me he puesto a hablar en aragonés y la gente se rebota mucho", declaró el diputado en su entrevista con Arainfo, diario de Aragón.
Barbón reivindica el asturiano
En el caso asturiano, esta propuesta también ha sido respaldada por el presidente asturiano Adrián Barbón, que ha comenzado su intervención en la Conferencia de Presidentes en bable, lengua maternal y propia de Asturias. En sus explicaciones, Barbón justifica su uso haciendo referencia a que es la lengua propia de su entorno familiar, impulsando y defendiendo de esta manera la herencia cultural de Asturias. A Barbón se ha sumado el gallego Alfonso Rueda y el vasco Imanol Pradrales.
En este consenso lo que se busca es que estas lenguas puedan compartir el mismo espacio e importancia de la que gozan otras lenguas minoritarias como el euskera, catalán o gallego que sí están respaldas y cuentan con un mayor peso jurídico. Mientras que el número de personas que hablan el catalán alcanza el 1, 2 millones de personas, en el caso aragonés esta cifra baja hasta 15000 personas. Según la Encuesta de Características Esenciales de la Población elaborada por el INE de 2021, el aragonés se utiliza por el 1.1% de la propia comunidad autónoma.
El caso de los vecinos europeos
Se entiende por lengua minoritaria aquellas que se quedan desamparadas por parte del Estado, que se hablan en una pequeña porción del mismo o que han sido reemplazadas por las lenguas reconocidas oficialmente. En España, se reconoce como lengua cooficial el catalán, euskera, vasco y gallego.
Sin embargo, no es el único país europeo que goza de tal variedad lingüística. El listado europeo recoge varias lenguas minoritarias que han pasado a segundo plano por el peso de la lengua oficial. Es el caso del bretón en Francia, el romanche en Suiza, el careliano como variante del finlandés o el corso como variante del Italiano. Todas ellas, lenguas secundarias no reconocidas como oficiales por la Unión Europea.
Cerrando esta cuestión, Sumar denuncia que tampoco se estudie en la Escuela Oficial de Idiomas lenguas de los países vecinos europeos como el búlgaro, turco-chipriota, croata, eslovaco o estonio, pero sí se aplique y ejerza la enseñanza de alemán, árabe, chino, coreano, danés, finés, francés, entre otras lenguas.