“Valladolid es un símbolo; aquí empieza el cambio en España”, ha dicho el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, al finalizar el Pleno de constitución de la nueva Corporación vallisoletana, prototípica del cambio de gobierno socialista a popular gracias al pacto PP-Vox frente a la lista más votada: el PSOE de Oscar Puente.

Las capitales castellano y leonesas de Burgos, Palencia, Segovia y Valladolid experimentan este sábado el relevo en el bastón de mando, y dos de ellas, Burgos y Valladolid, gracias a los pactos sellados entre el Partido Popular y Vox, que desalojan a los alcaldes socialistas, más votados, para aupar a las Alcaldías a los candidatos populares y a sus Vicealcaldías a sus nuevos socios de ultraderecha, extendiendo así el ‘modelo Gallardo’ a esos municipios.

Junto a esas dos capitales, se han consumado también acuerdos derecha-extrema derecha en otras dos importantes ciudades de la Comunidad: Ponferrada (León), gracias al tripartito PP, Vox y Coalición por el Bierzo, que deja fuera de la Alcaldía al socialista Olegario Ramón, y El Burgo de Osma (Soria), donde también el PSOE había liderado los resultados electorales.

Las armas de la cultura y la seguridad

Los acuerdos de gobierno comparten la línea ideológica nacional marcada desde Madrid por el propio Santiago Abascal, que también presiden el Gobierno de Castilla y León y el recién nacido en la Generalitat Valenciana: la exigencia de la Cultura como arma política en manos de sus consejeros y concejales, todo lo relacionado con la seguridad y el orden, y las carteras de empleo, comercio e industria, con distintas denominaciones.

Si bien la constitución del equipo de Gobierno del popular Jesús Julio Carnero y el reparto de áreas entre los partidos de derecha, aún es desconocido para la ciudadanía, puesto que no se dará a conocer hasta el lunes, es de esperar que el ‘modelo Gallardo’ se reproduzca, como ya es sabido en Burgos, capital en la que el pasado jueves se firmó negro sobre blanco ese mismo estilo de “colaboración” por parte de Vox: con la familia y la natalidad en el centro, el control de la policía, la cultura con mirada específica a lo taurino, y el empleo.

“Sus socios le arrastrarán por el camino del sectarismo si usted lo permite”, le ha dicho esta mañana el alcalde saliente, Oscar Puente, al nuevo regidor de Valladolid en presencia del propio vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, sentado en primera fila del Salón de Plenos del Ayuntamiento vallisoletano junto al presidente, Alfonso Fernández-Mañueco.

Puente ha verbalizado en nombre de los alcaldes socialistas salientes el temor a la injerencia de esa ideología de la extrema derecha en la gestión municipal, tal y como lo hace desde hace más de un año en el Gobierno de Castilla y León: la pretensión de convertir las políticas contra la violencia de género en violencias intrafamiliares, camuflando una lacra que niegan, o la utilización política de la cultura, que ya apuntó el propio Gallardo en su primera y única visita hasta ahora a la Semana Internacional de Cine de Valladolid,  en octubre de 2022, cuando dijo que “se había desviado de su esencia” y acusó al Festival de “apostar por la ingeniería social de género y verde”.

En peligro, el diálogo social a nivel local

Corre peligro, asimismo, también en el ámbito municipal que generan los pactos, el diálogo social que tan buenos frutos ha dado en los consistorios, con la previsible extensión al entorno local de la la persecución, rechazo e insulto a los sindicatos, a quienes el consejero de Industria de Vox en Castilla y León, Mariano Veganzones, se ha referido reiteradamente como “comegambas”, llegando a afirmar, al respecto, en el último Pleno de las Cortes que “Vox ha venido a limpiar la ciénaga”.

Probablemente, como ha señalado el ya ex alcalde vallisoletano en su discurso, sea “inevitable anticipar lo que va a suceder en Valladolid”, y en el resto de municipios en los que el pacto de la derecha se ha consumado, “los próximos años por la inclusión en el gobierno de una formación política que hace de la intolerancia, el negacionismo, el machismo y la xenofobia  sus  principales   señas  de   identidad”. 

Dos cambios de color más en Castilla y León

Esta mañana han cambiado también de color los ayuntamientos de Palencia, que gobernará la socialista Miriam Andrés, la más votada, gracias a la abstención de la formación local Vamos Palencia, y Segovia, que será para José Mazarías, del PP, en solitario, que ganó las elecciones al PSOE de Clara Martín después de veinte años de gobiernos socialistas en la ciudad del acueducto.

Las otras cinco capitales de provincia mantienen a sus alcaldes: Carlos Martínez, PSOE, en Soria, Carlos García Carbayo, PP, en Salamanca, -ambos con mayoría absoluta-, José Manuel Sánchez, Por Ávila, en Ávila, Francisco Guarido, IU, en Zamora y previsiblemente, José Antonio Díez, PSOE, en León, ayuntamiento cuya constitución no se celebrará hasta el 7 de julio.