Finalmente, la Asamblea de Madrid ha aprobado la propuesta del Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso de nombrar a Joaquín Leguina como consejero de la Cámara de Cuentas. Ha salido nombrado con los únicos votos del PP y sin el apoyo del PSOE.

El PP, además de Leguina, ha propuesto para ese organismo a Francisco Cabrillo Rodríguez, Carlos Salgado Pérez, Graciela María Soledad García Díaz y Ana Cossío Capdevilla, mientras que por el PSOE está en la lista María Otilia Armiñara y por Más Madrid, Verónica López Sabater. Vox no contará con representación.

El transfuguismo tiene recompensa

Leguina fue expresidente de la Comunidad de Madrid bajo el Partido Socialista, siendo la primera persona en ocupar este cargo (1983-1995). Sin embargo, fue expulsado del PSOE en 2022 por apoyar a Ayuso, y al unirse a la Cámara de Cuentas percibirá un salario anual de 100.550 euros durante seis años. A pesar de su pasado socialista, Leguina se ha distanciado de la línea oficial de su partido, mostrándose crítico con el Gobierno de Pedro Sánchez y acercándose a la derecha, en particular con Ayuso. 

Su carrera ha recalado en diferentes ámbitos, tales como la economía, la demografía, la docencia o la escritura. Se graduó en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao en 1964, y posteriormente, obtuvo un doctorado en Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid y en Demografía por la Universidad de la Sorbona.

Hace años que el exsocialista se reconoce muy alejado del PSOE, y su acercamiento a Ayuso ha sido bien recibido desde las filas 'populares'. La formación conservadora ha formalizado su nombramiento ante el parlamento regional. Sobre la mesa también había otros nombres como los de Francisco CabrilloCarlos Salgado, Graciela García o Ana Cossío. Todos ellos han sido elegidos tras una ley del pasado mes de diciembre por la que se cambiaron 15 leyes para reducir la fiscalización al Ejecutivo regional.

Hasta el momento en que se llevó a cabo esta modificación, y desde el año 2019, la mayoría necesaria era de dos tercios, aunque la falta de acuerdo entre la derecha y la extrema derecha la pasada legislatura evitó que se realizara la renovación que deseaba la derecha. Ahora, sin embargo, se agiliza por medio de una disposición adicional que obligaba a renovar los cargos a los tres meses de aprobarse la ley.

Ensalzamientos mutuos

Los acercamientos ideológicos de Leguina a Ayuso fueron también correspondidos por la propia presidenta madrileña en su día. Su sintonía con la popular fue respondida por Ayuso asegurando que "son muy afortunados" de contar con su apoyo.

Mientras Leguina aseguraba que la Comunidad de Madrid "está mucho mejor" desde que Ayuso está a su frente o que la sanidad "no es un problema solo de Madrid", la lideresa le correspondió elogiando su mandato. "Todos los presidentes que me han precedido son responsables del éxito de estas cuatro décadas, pero me gustaría detenerme un instante en el primero de ellos. Porque a Joaquín Leguina le tocó hacer quizá lo más difícil: convertir una diputación provincial en una comunidad autónoma homologable a todas las demás", expresó Ayuso, antes de señalar que "puso en marcha el modelo autonómico en una región que no parecía destinada a tener su propia autonomía" así como que "aquellos primeros gobiernos dotaron de infraestructuras, administración y competencias a la incipiente Comunidad de Madrid y llevaron a cabo una gran tarea legislativa" en la que se aprobaron más de 100 leyes.

Un acercamiento ideológico y personal que culmina con este nombramiento, que ya era un secreto a voces y cuya oficialización era simplemente cuestión de tiempo. 

En ampliación...