Este martes la Generalitat de Catalunya ha presentado su plan covid para paliar las consecuencias derivadas de los rebrotes y fijar un criterio único de medición y de actuación ante los nuevos escenarios que se pueda encontrar la región. Los encargados de explicar en qué consistirá este criterio único han sido Alba Vergés, consellera de Salut, Josep Maria Argimon, secretari de Salut Pública, y el coordinador de la unidad de seguimiento de la covid-19, Jacobo Mendioroz. 

"Estamos en un contexto de pandemia, ya que no tenemos ni vacuna ni medicamentos farmacéuticos fiables. Por ello, proponemos un plan para contener a largo plazo una ola de mayores dimensiones. Se trata de un plan ambicioso en lo personal, político y empresarial. Es una crisis compleja, con dimensiones laborales, sociales y psicológicas", ha explicado Vergés, ahondando que el coronavirus "nos condiciona de forma importante", por lo que es de vital importancia "recuperar la actividad social y económica aprendiendo a convivir con seguridad con el virus". "Este es nuestro reto. Debemos buscar un equilibrio entre la vitalidad de los sectores de nuestra sociedad y el control de la epidemia. Un equilibrio imprescindible para nuestras vidas", ha proseguido. 

Tras este discurso cargado de apelaciones a la responsabilidad ciudadana, donde se han recordado las medidas de higiene y distancia interpersonal básicas para frenar la capacidad reproductiva del virus, Vergés ha explicado que el plan se sustenta en una larga lista de indicadores ya conocidos: Incidencia Acumulada en los siete y catorce últimos días por cada 100.000 habitantes, la tasa reproductiva efectiva, la tendencia de riesgo de rebrote, el porcentaje de PCR que son positivos respecto a los realizados, la incidencia de cuadros respiratorios en la Atención Primaria, el número de contactos identificados por cada caso, el ritmo de crecimiento de casos en las UCI, el crecimiento de hospitalizaciones por covid y los casos atendidos en la Atención Primaria. 

En base a estos indicadores, la Generalitat ha planteado seis escenarios de control sobre los que se aplicarán las restricciones oportunas dependiendo de la realidad epidemiológica de cada una de las zonas: el nivel 0, regiones sin casos durante los últimos 14 días; el nivel 1, regiones con casos esporádicos vinculados a los positivos importados; el nivel 2, brotes controlados y perfectamente identificados; el nivel 3, brotes complejos que, o bien por número o por contexto, no son fáciles de acotar y de seguir pero no reflejan un impacto hospitalario; el nivel 4, transmisión comunitaria menos controlada con impacto asistencial de más relevancia; y el nivel 5, transmisión comunitaria no controlada con riesgo de saturar la capacidad hospitalaria.

"Los niveles no son estáticos ni siempre serán de desescalada. Se trata de corregir y equilibrar las situaciones más complicadas. Podemos tener diferentes escenarios en el interior del país. Sirvan de ejemplo El Segrià, Hospitalet de Llobregat o el área metropolitana de Barcelona. Actuaremos en cada caso en función de la realidad epidemiológica que nos encontremos. Cada día se miran los indicadores y actuaremos en función de las tendencias a fin de hacer bajar las subidas mediante la monitorización constante", ha asegurado la consellera. 

Como advertíamos, las restricciones se realizarán en función del nivel en el que se encuentre cada región. Como ejemplo, aquellas zonas que ya presenten un cuadro propio del nivel 3 verán limitadas las interacciones sociales, los desplazamientos entre núcleos urbanos o la participación en actos multitudinarios. Para el nivel 4 se reservan las limitaciones a la movilidad personal, la limitación de los viajes no esenciales y las medidas educativas. En el quinto de los escenarios, y solo en él, se procedería al confinamiento de la ciudadanía en sus hogares: "Es el último recurso. Solo se llegaría a este supuesto cuando no sean suficientes los instrumentos del plan para evitar la saturación asistencial", ha asegurado Vergés. 

Instrumentos: personal, rastreadores, material...

La consellera ha explicado que el servicio de salud de Cataluña ha hecho un esfuerzo considerable para doblar su capacidad asistencial y otorgar al sistema la capacidad de actuar con rapidez en aquellos focos que lo requieran. El plan es ambicioso, yendo desde campañas de sensibilización y concienciación mediante un esfuerzo comunicativo de la Generalitat hasta un plan de residencias específico para no dejar atrás a los más vulnerables.

Pero estas no son las únicas medidas. Tal y como ha advertido Vergés, se ha reforzado la detección precoz (se han realizado 72.000 PCR en la última semana), se incluye a la figura de los gestores covid incluidos dentro de la Atención Primaria (más de 500 contratados ya trabajando), se realizarán test masivos en empresas, los rastreadores actuales son 928 pero pueden subir hasta los 2.000, se llevará a cabo un sistema de vigilancia microbiológica en Barcelona, se pondrán en marcha modelos predictivos de la infección (midiendo, por ejemplo, las aguas residuales) y se dotará de material a sanitarios para cuatro meses (guantes, mascarillas, respiradores, batas...).