La decisión de la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, de convocar elecciones anticipadas y ser la primera en enfrentarse a la auditoría ciudadana del nuevo ciclo electoral ha convertido a la autonomía en el campo de batalla para la pugna entre PSOE y Partido Popular (PP), con la participación clave de Vox. El foco ha alumbrado un territorio habitualmente olvidado por las élites políticas y económicas y a la luz de la campaña electoral varias acusaciones de trato de favor y enchufismo amenazan a la actual mandataria.

Las sospechas se ciernen sobre la Sociedad de Gestión Pública de Extremadura (GPEX) y los altos cargos que han pasado por sus sillones. Desde el 1 de agosto de este año, tras destapar ElPlural.com que el consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural, Ignacio Higuero, había falseado su currículum, una suerte de sucesiones llevaron a Eva Pérez Zamora a la Dirección General del GPEX. Pero a veces matar al perro no acaba con la rabia y la sustituta de Francisco José Ramírez, quien ocupó el puesto del mentiroso del CV, agrupa múltiples acusaciones de favoritismo.

Señalada por copiar en la oposición

Es necesario remontarse 15 años atrás para encontrar las primeras polémicas en las que se vio involucrada Pérez Zamora a lo largo de su vida. Por aquel entonces, 2010, la ahora máxima responsable de la empresa pública más grande de Extremadura se presentaba a una oposición para obtener una plaza como técnico jurídico de la Asamblea extremeña. Sacó la segunda mejor nota en el primero de los exámenes, en el que casi la totalidad de los participantes fueron eliminados, y posteriormente reconoció que su calificación se debía a que conocía las preguntas con antelación.

Pérez Zamora acusó a su compañera de despacho de estar en posesión de gran parte de las preguntas, de las cuales ella se aprovechó. Al detectar, después de reunirse con el letrado mayor y secretario de la Asamblea, que no iba a poder beneficiarse en una segunda ocasión, denunció el hecho antes del segundo examen del proceso. El concurso se suspendió cautelarmente y se reanudó 14 meses después desde el mismo punto, sin repetir el primer examen bajo sospecha, y la ya concejal no compareció. 

Concejala y diputada del PP

Los vínculos de Pérez Zamora con el PP se remontan a las mismas fechas, cuando en 2011 fue elegida concejal del Ayuntamiento de Almendralejo por la formación conservadora. Su carrera política no se detuvo ahí y, en las elecciones 2015, consiguió escaño como diputada de la Asamblea de Extremadura y revalidó como concejal, aunque abandonó el acta en 2016. En aquel momento de llegar a la política autonómica, abandonó su puesto de funcionaria interina de la Asamblea, en el que se desempeñaba a medias para compatibilizarlo con su labor de concejal.

Ocupó el sillón de diputada hasta el año 2019 y en las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo de 2019 intentó mantener su escaño en la Asamblea, pero la debacle de José Antonio Monago, que perdió ocho escaños, le dejó fuera del Parlamento extremeño. No obstante, buscando evitar abandonar la política, Pérez Zamora se guardó un as en la manga y se presentó también como número tres de la lista del PP en Almendralejo, como hiciera en 2015. Allí tuvo más suerte y su partido, aunque perdió, sacó siete concejales.

Colocación en el GPEX

El paso por la política institucional de Pérez Zamora no sería polémico de no ser por el camino seguido después de abandonar sus responsabilidades. La actual directora general del GPEX accedió a la empresa pública hace apenas un año (mayo de 2024), a través de un proceso denunciado por estar “hecho a medida”, y ha ascendido rápido. La sociedad anónima de capital público creó un nuevo puesto de trabajo a mediados de 2024 y la propia definición de requisitos hizo sospechar que podría tratarse de un “traje a medida” para la exconcejala y exdiputada.

Los conocimientos académicos requeridos eran los que reúne la señalada y, entre los pluses de puntuación, se establecían méritos como haber trabajado durante años en la asesoría jurídica de una administración regional o empresa pública, labora que desempeñaba la que fuera diputada del PP antes de tocar sillón. Con este planteamiento, Pérez Zamora se alzó con el 100% de la puntuación en la valoración de méritos, a la que ha tenido acceso ElPlural.com, y se hizo con el puesto pese a tener la peor entrevista personal (variable que más valía) de los tres únicos candidatos que llegaron hasta este punto.  

Esta plaza, a través de la que Pérez Zamora accedió a GPEX, fue creada por el anterior director y actual consejero, Francisco José Ramírez. El puesto ofertado dentro del departamento de Recursos Humanos respondía a una relación laboral ordinaria, no a un nombramiento político de libre designación, lo que significa que el contrato dentro de la empresa pública y financiado con fondos de todos los extremeños se realizó disfrazado de procedimiento al uso.

Poco después ha sido nombrado directora general del GPEX y ha pedido una excedencia de su plaza dentro de la misma empresa pública para ocupar un cargo que, en este caso sí, es de libre designación y suele asignarse a personalidades políticas de confianza del Gobierno autonómico. Cese cuando cese, tendrá una plaza otorgada desde las sombras por el PP. Antes, deberá comandar una sociedad con 1.300 trabajadores y que el pasado curso alcanzó un nivel de negocio de 141 millones de euros.

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