El miércoles pasado estallaba en el diario El País una auténtica bomba de relojería contra el gobierno de la Comunidad de Madrid y la Consejería de Sanidad, que es incapaz de salir de la polémica: el hospital de Torrejón de Ardoz había decidido aumentar las listas de espera para agrandar su fortuna a costa de los servicios públicos.

La persona detrás de esta maniobra es Pablo Gallart, y el grupo para el que trabaja, Ribera Salud. El consejero delegado, que lo es desde el pasado mes de mayo, dio la orden expresa para llevar a cabo una jugada que arrincona más al Ejecutivo de la Autonomía que lidera Isabel Díaz Ayuso.

69 firmas y una cifra de negocio espectacular

Ribera Salud tiene 69 sociedades repartidas por lo largo y ancho del país (Madrid, Galicia, Asturias, Aragón, la Comunidad Valenciana, Murcia y Extremadura), y fuera de nuestras fronteras. Así las cosas, gestiona otros tres centros en Portugal (Galo Saúde Parcerías Cascais, Ribera Care Portugal, Laboratòrio Dra. Joana Vicente), además de haber creado una fundación, poseer una empresa tecnológica y su propia división de laboratorios; que reciben los nombres de Futurs y Ribera Lab, respectivamente. Ha llegado incluso a asesorar al Gobierno de Kuwait para levantar el segundo hospital público-privado del emirato.

Los niveles de facturación no dejan lugar a dudas sobre su poder. Con una cifra de negocio de cerca de 800 millones de euros, según se desprende del informe financiero publicado por Vivalto Santé en su página web, ha ido creciendo a base de talonario sobre todo tipo de establecimientos sanitarios. De esta manera, solamente en 2024 adquirió el Hospital MC Miraflores y dos policlínicas en Zaragoza, el Hospital de Covadonga y otra policlínica en Gijón, el centro médico Assistens en A Coruña u otro en L’Eliana (Valencia), entre otros, tal y como informa el diario Público.

En términos de plantilla, en España el número de profesionales asciende a 6.233 trabajadores, lo que supone casi una tercera parte de los 20.457 empleados de Vivalto Santé, lo que sitúa a nuestro país como su segundo mercado después de Francia. De hecho, en el Estado español Ribera Salud disfruta también de una filial bajo la denominación de Vivalto Santé Spain. En su caso, gestiona más de 1.200 plazas en siete centros de mayores en la Comunidad Valenciana.

A todo ello hay que añadir la sociedades que contempla en Portugal, Chequia, Eslovaquia o Suiza. Los beneficios alcanzaron en 2024 los 2.747 millones de euros en facturación y tuvo casi 60 millones de beneficios gracias al más de centenar de hospitales y clínicas con las que cuenta.

La Comunidad puso 33 millones sobre la mesa antes del escándalo

En marzo de 2023, la región capital recibe una petición de compensación por parte del gestor privado del hospital público que Torrejón de 53 millones y medio de euros, alegando los gastos que está teniendo y que no figuran en el acuerdo original que se cierra con la administración.

Dos años más tarde, según el expediente al que también ha accedido el medio que destapó la información, la Comunidad pone cerca de 33 millones de euros con el argumento de que ofrece servicios, tecnologías y fármacos que no recogía el ‘contrato’ primero.

Cambios en el liderazgo

Vivalto Santé nace en 2009 de la mano de Daniel Caille, ejecutivo que saltó de la empresa pública de correos francesa a fundar en 1987 La Générale de Santé, de carácter privado y que pasó a denominarse Ramsey Générale después de lo que adquiriera la británica Ramsay Health Care y Crédit Agricole.

Caille ha presidido la firma hasta 2022, cuando pasa a ser nombrado consejero delegado Emmanuel de Geuser, quien contrala Ribera Salud desde el otro lado de los Pirineos, sustituyendo al fundador Alberto de Rosa.

El dueño -Vivalto- de Ribera Salud despidió a éste último el pasado mes de mayo. Habiendo patentado el modelo Alzira (colaboración público-privada) en España, se había hecho un nombre en el mundo empresarial sanitario. Y este es el modelo que Ribera Salud exportó a la capital con el hospital de Torrejón, donde los subordinados recibieron orden expresa del actual consejero (Pablo Gallart) de rechazar a pacientes.

La persona que hiciera esta vergonzosa orden era director financiero de De Rosa, quien condujo el grupo desde finales de la década de los 90 y mantuvo la presidencia a pesar de los continuos cambios de propietarios. Hay que hacer un inciso en esta parte de que Ribera Salud empezó siendo una sociedad de Bancaja y la Caja de Ahorros del Mediterráneo que cayeron con la crisis económica y pasó a manos de otros grupos bancarios reconocidos.

Así llegamos a 2022, cuando Vivalto Santé compró el 75% de Ribera, mientras que el resto de las acciones las adquirieron el propio de Rosa, Gallart, la anterior consejera, Elisa Tarazona, y Santiago Delegado, director de Estrategia y consejero. Además de su gestión sanitaria, De Rosa cobró protagonismo por querellarse contra Mónica Oltra por unas declaraciones que ésta hizo en el programa Salvados, de La Sexta, y por contratar en el Hospital de Torrevieja cuando el centro alicantino aún pertenecía al grupo.

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