Después de unas jornadas alteradas por la nueva moción adoptada en el Pleno del Ayuntamiento de Jumilla, que trata de vetar en las instalaciones deportivas cualquier actividad ajena a su uso habitual —con especial atención a las celebraciones del fin del Ramadán y la Fiesta del Cordero—, el PP del municipio con su oda al deporte se ha excusado de la medida aprobada y sigue la estela que Vox lleva casi un año trazando.

Una vez más, el gobierno del Partido Popular de la localidad murciana se disculpa con absurdos de las decisiones tomadas, marcando el objetivo de ocultar su anodina determinación que Vox parece detallar desde hace un curso entero. Con la llegada del edil del partido de ultraderecha al ayuntamiento de Jumilla, Juan Agustín Navarro, autor de la moción que ha agitado el panorama estos últimos días, el municipio ha alterado sus celebraciones que llevaban vigentes tantos años. Desde su última actualización, que prohibirá el fin del Ramadán o el rezo del Cordero para su población musulmana en los espacios habilitados legalmente hasta la fecha, pasando por el 25 de noviembre, que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hasta la celebración del Orgullo, son las fechas más señaladas que han dejado de celebrarse en la localidad murciana.

Con un año vacuo de celebraciones ajenas al gusto del concejal de Vox pero salpimentado con las festividades tradicionales españolas, la población del lugar bifurca su pensamiento entre aquellos que aprueban las medidas frente a quienes les perjudica. Es el fanatismo contra el detrimento.

En declaraciones con elPlural.com, la portavoz de Podemos en Jumilla aseguraba que “el 25N no se hizo ningún acto sobre la violencia de género, el mes pasado con lo del Orgullo LGTBI tampoco se hizo ningún acto ni se colgó ninguna bandera porque él dijo que no, que no se tenía que hacer nada”, haciendo alusión a la preponderancia que el edil de ultraderecha está ejerciendo en la localidad.

Prohibición de fiestas musulmanas

La Moncloa ha calificado de “racista” la medida adoptada por el Ayuntamiento, a la que también ha señalado como “inconstitucional” por vetar celebraciones religiosas de la comunidad musulmana. Al mismo tiempo, el Ejecutivo central ha advertido que permanecerá atento ante posibles discursos de odio que puedan surgir a raíz de esta decisión.

Fuentes del Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, que encabeza Félix Bolaños, han recalcado que "en España, la libertad religiosa está reconocida y protegida como un derecho fundamental por la Constitución". En este sentido, han definido lo ocurrido como "un nuevo ejemplo de la deriva extremista y excluyente de los gobiernos de la derecha con la ultraderecha".

Según las mismas fuentes, "han prohibido obras de teatro, películas, revistas y, ahora, impiden una celebración religiosa en una instalación municipal. Su proyecto es imponer un modelo político y social contrario a la Constitución en el que no está a salvo nadie que no comparta sus postulados o sus creencias".

Se está hablando de personas, algo que va mucho más allá de que el municipio se viese perjudicado a nivel de fuerza laboral si los cerca de 2.000 musulmanes que hay allí se fueran, y según afirma la portavoz de Podemos en Jumilla, se trata de “racismo total, esto es puro racismo”. “Es anticonstitucional que prohíbas eso” aseguraba.

Festividades sin celebrar

Este año, la conmemoración del Orgullo en Jumilla estuvo marcada por una ausencia inédita en la última década: no se celebró ningún acto institucional ni se colocó la bandera arcoíris en el balcón del Ayuntamiento, un gesto que se había convertido en tradición desde hacía diez años.

“El año pasado estaba el PP y se hizo la fiesta del orgullo sin ningún problema. Se hizo bien y este año le pusieron todas las trabas”, asegura la portavoz de Podemos en Jumilla.

Ante esta situación, el colectivo local Jumilla A Color organizó por su cuenta la celebración del Orgullo el pasado viernes 27 de junio en la Plaza de Santa María, después de confirmar que el consistorio no llevaría a cabo ninguna actividad oficial ni permitiría la colocación de la enseña en la fachada municipal.

Les dijeron que no se podía hacer, que quitaran el logotipo del ayuntamiento y ni se colgó bandera

 

“Siempre hemos participado y colaborado en la organización de actos para el Orgullo con el Ayuntamiento, y este año recibimos la noticia de que no se iba a colgar la bandera en el balcón. Lamentamos profundamente que no se realice un gesto que ya tenía una trayectoria de 10 años y que era un distintivo de apoyo al colectivo, que solo se hace una vez al año”, expresó Manu Lozano, miembro de Jumilla A Color.

Según explicó Lozano, desde el consistorio les trasladaron que uno de los motivos para no celebrar ningún acto institucional era que el colectivo no está constituido como asociación. “El tema de la bandera en el balcón ha sido algo interno del Ayuntamiento y, sobre los actos, el motivo principal que nos dijeron fue que no éramos asociación. Pero eso ya lo sabían: llevamos seis años como plataforma, es decir, como asociación no oficial, y nunca ha sido un impedimento. Ellos siempre han organizado un acto institucional y actividades complementarias, como entrevistas de radio u obras de teatro, en las que hemos colaborado y participado”, añadió.

Finalmente, y pese a la negativa municipal, Jumilla A Color celebró el Orgullo 2025 con el respaldo de la asociación murciana No te Prives y la Red Regional LGTBIQ+, reivindicando la visibilidad y el apoyo al colectivo en la localidad.

Por su parte, Vox Jumilla respondió mediante una nota de prensa en la que acusó a los socialistas de haber convertido la bandera arcoíris en “un instrumento político” y de querer que el Ayuntamiento se transforme en “una sucursal de sus intereses ideológicos”. Esto se traduciría en “colgar símbolos partidistas en una institución que debe representar a todos los ciudadanos, no solo a aquellos que se alinean con sus postulados”.

En el mismo comunicado, Vox afirmó que “a Jumilla no la van a someter al chantaje ideológico de nadie” y defendió que en la localidad “no hay retrocesos en igualdad, sino avance en libertad y en respeto hacia todos, sin imponer símbolos, ni agendas, ni subvenciones dirigidas a colectivos por su afinidad política con la izquierda”.

Por supuesto esto ya es historia y, nuevamente, las palabras se las lleva el viento porque, pese a estar registradas, pareciese que no cobran el significado que debieran cuando se pisotean y contradicen. Un gobierno títere que busca excusas banales para su falta de carisma está destinado a extraviarse en el camino de búsqueda de poder y, en su recorrido, deja atrás los valores que dice tener y los apoyos de quienes se ven perjudicados.

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