“Hoy, con el ejemplo de lo sucedido en Francia muy presente, vuelvo a pedir al Sr. Mañueco que rompa con VOX. Desde el primer día he ofrecido nuestra responsabilidad. Nuestra mano sigue tendida para que trabajemos por Castilla y León y aislemos a la extrema derecha”, escribe el líder del PSOE de Castilla y León en su cuenta de X-Twitter este lunes de resaca electoral en el país vecino en el que deja la pelota en el tejado del Partido Popular.
Así se muestra, de nuevo, dispuesto al acuerdo el secretario general de los socialistas en la comunidad, Luis Tudanca, con el objetivo de propiciar un gobierno en solitario del presidente del Gobierno autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, prescindiendo de la ultraderecha, tras la remontada de la izquierda francesa que deja a Le Pen fuera de sus altas expectativas y sobre todo, lejos del poder que, sin embargo, abrazan los ultras en Castilla y León gracias al apoyo de la que se ha venido llamando “derecha moderada”.
“Tarea ingrata, pero efectiva, contra la extrema derecha”
La secretaria de organización socialista, Ana Sánchez, ha subrayado las palabras de Tudanca en la red social afirmando que la tarea “en lucha” del PSOE contra la extrema derecha en Castilla y León “es ingrata y dura, pero efectiva”.
“Yo quiero poner en valor”, ha dicho, “el trabajo de todos los socialistas de Castilla y León y su denuncia constante en el territorio, porque gracias a eso hemos conseguido parar algunas barbaridades de la extrema derecha de Mañueco”.
Cita Sánchez como hitos de ese empeño la paralización del famoso “protocolo antiaborto” anunciado por el vicepresidente Juan García-Gallardo, la ley de Concordia, que tampoco ha visto la luz o la defensa socialista del colectivo LGTBI cuya bandera continúan desplegando en la sede de las Cortes de Castilla y León a pesar de los requerimientos para retirarla y sucesivas amenazas del presidente del Parlamento autonómico, Carlos Pollán, también de Vox.
“El mundo abre los ojos”
“Claro que hay esperanza, vamos a seguir denunciando”, dice la número dos del PSOE dirigiéndose a los castellanos y leoneses. “Vamos a seguir denunciando cada día estos atropellos junto a otros miles de socialistas en otras comunidades autónomas” y añade, en referencia a los resultados de la segunda vuelta de las elecciones francesas: “El mundo abre los ojos, el mundo pone pie en pared frente a la extrema derecha y en Castilla y León vamos a seguir siendo el dique de contención en nuestra tierra”.
Lo cierto es que Tudanca, antes de hacerlo hoy, ya había tendido la mano a Mañueco dos veces en las últimas semanas para expulsar a los ultraderechistas del Gobierno de la comunidad, y ambas en sede parlamentaria.
Lo hizo, por última vez, durante el debate de política general sobre el estado de la comunidad, el pasado día 26: “Deje morir al monstruo”, le dijo, “saque a la extrema derecha del Gobierno de la comunidad”, cosechando únicamente la negativa del líder del PP y presidente de la Junta de Castilla y León, a quien Tudanca advirtió: “Si usted fuera de la derecha francesa, estaría expulsado de su partido; si fuera un conservador alemán, sería un paria político. Pero es del PP español y, no sólo es presidente gracias a los neofranquistas que pisotean sin pudor la memoria de los luchadores por la libertad de nuestro país, sino que los mete en el gobierno y viene a este Parlamento a presumir orgulloso”.
¿Va a seguir en el lado malo de la historia, permitiendo que la extrema derecha siga sentada en el Consejo de Gobierno tomando decisiones que afectan a los castellanos y leoneses?, se pregunta Sánchez este lunes, volviendo a pedirle que sea el primero “en echarlos” como fue el primero “en meterlos”.
La pelota sigue en el tejado de Mañueco.