Con naturalidad, frescura, sentido del humor, determinación, ideas claras y muchas tablas, las que dan más de veinte años en la gestión política, el alcalde de Soria, Carlos Martínez Mínguez, ha confirmado oficialmente la presentación de su candidatura para suceder a Luis Tudanca en la Secretaría General del PSOE de Castilla y León “después de intensos meses de reflexión personal y colectiva” y profundamente agradecido a la “honestidad y generosidad” del paso a un lado que ha dado Tudanca.
Y lo ha hecho en Soria, no en Valladolid, como un símbolo de lo que pretende: que las “muchas sorias humildes y pequeñas pasen a ocupar un papel fundamental; que la palanca de lo local adquiera protagonismo” en la comunidad autónoma epítome de la despoblación. “Vais a tener que hacer muchas veces este tránsito hacia Soria más allá de las fronteras de Valladolid”, ha bromeado con los periodistas, “no me voy a mudar a Valladolid; somos 2.248 municipios y ahí está la base del cambio, no en la ‘Villa y Corte’”.
Las desigualdades territoriales
Martínez Mínguez ha puesto sobre la mesa el proyecto que defenderá para el PSOE de Castilla y León como alternativa de gobierno en la comunidad, basado en la igualdad, los principios progresistas, el esfuerzo y la seducción de la ciudadanía, frente a la ausencia de proyecto del Partido Popular, que, en su opinión, “mira para otro lado” y “nunca es responsable de nada”.
Para ello, reclama un redoble de esfuerzo y trabajo desde las nueve provincias con el objetivo puesto en el reto demográfico y el fin de la desigualdad entre territorios. “Quien defienda las desigualdades territoriales solo desde el punto de vista nacional enmascara la realidad en la comunidad”, ha dicho, en clara referencia al combate del PP autonómico contra los nacionalismos, la amnistía en Cataluña o los conciertos económicos.
El alcalde, curtido en Europa y en la Federación Española de Municipios y Provincias sentencia que “Castilla y León tiene que aparecer en el escenario nacional y en el europeo, porque es donde se está jugando el contexto político internacional endiablado que tenemos, pero Castilla y León no asiste a esos debates. Busca falsos enemigos para no hablar de nuestros problemas”.
Mañueco en su diván
El alcalde de Soria promete seguir siéndolo apoyado en un equipo, el municipal, al que ha pedido un esfuerzo “inhumano”, y otro a nivel autonómico, un “liderazgo colectivo”, que aúne las fuerzas ejecutivas y militantes de las nueve provincias “trabajando a pleno rendimiento”.
Asegura que no se trataba de nombres. “No es una cuestión de estar con papá o con mamá. Es una reflexión profunda sobre la idoneidad o no de que se produjera un cambio que transformara el proyecto. La política casi nunca es justa, pero a veces hay que dar un paso al lado para que se produzca un revulsivo”.
Así pues, afirma que la retirada de Tudanca no ha respondido al temor a la democracia interna ni a la designación del dedo de Ferraz, sino a la idea de un cambio de rumbo para “intentar consensuar un modelo de partido y armar un equipo capaz de coordinar un nuevo tiempo para nuevas respuestas a viejos problemas que se arrastran desde hace mucho”.
Y ahí entra el presidente Mañueco, que, en su opinión, no reacciona porque no tiene un proyecto de comunidad, sino “un proyecto personal” que será lo que determine si convoca o no elecciones anticipadas, cuando le convenga a él: “Le veo muy cómodo en el diván, pero si le conviene personalmente, apretará el botón; nosotros a lo nuestro”, dice.
Castilla y León no es de derechas
Eso sí, el alcalde de las cuatro mayorías absolutas consecutivas no va a tirar ninguna toalla. “Soy consciente de la magnitud del reto, pero no me resigno al mantra falso de que Castilla y León es de derechas. No lo es si somos capaces de un proyecto que consiga un préstamo de su confianza para demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera que estos últimos cuarenta años. Ese es el reto que tenemos por delante”, subraya.
En opinión del candidato soriano a suceder a Tudanca en el PSOE, existe un equipo humano dentro del partido en Castilla y León “capaz de darle un vuelco a todo esto” y existe y va a existir un proyecto capaz de ampliar la confianza ciudadana.
Ni ministros ni alcaldes de ciudades pequeñas
“Con ese reto y consciente de su magnitud me presento aquí”, enuncia, “desde el partido en Soria, el más pequeño y con menor número de militantes en esta comunidad, pero que está dando respuestas eficaces a los problemas de nuestra ciudadanía. Eso es lo que me ha empujado a asumir esta responsabilidad. El tiempo dirá si somos capaces de acertar o los errores que cometamos, pero no nos faltará voluntad en la creencia en esta tierra y esta gente”, concluye.
Y añade un toque de atención —para que se sepa que no va a callar en ningún escenario— sobre las declaraciones de Borja Semper, portavoz del PP a nivel nacional, que cuestionaba ayer la ubicación de ministros en la dirección de varias ejecutivas autonómicas como Aragón o Andalucía: “el portavoz del PP pone en entredicho que ministros ocupen cargos autonómicos, pero también que el alcalde de la ciudad más pequeña de España junto con Teruel pueda asumir la Secretaría General; la traducción es que al Partido Popular siempre le viene mal todo lo que hace el Partido Socialista”.