La Moncloa lleva más de un mes recibiendo tarjetas postales. Promovida por la Plataforma por un Centro de la Memoria de la Cárcel de Carabanchel, esta iniciativa exige al presidente del Gobierno la creación de un centro para la Memoria Histórica.
En las cartas se reclama al Gobierno que, “50 años después de la muerte del dictador Franco, no tenga un proyecto digno para la creación de un verdadero Centro de Memoria de la Cárcel de Carabanchel, uno de los centros más emblemáticos de la represión franquista, y también de la resistencia y la lucha por las libertades y la justicia social”. Dicha campaña tiene como motor principal el recuerdo de quienes lucharon por la democracia y sufrieron la represión franquista.
La cárcel de Carabanchel, el abandono
En el año 1999 dejó de utilizarse y, siendo abandonada desde esta fecha, solo las Asociaciones de Vecinos y diferentes expresos políticos han trabajado para dar a conocer la importancia de este edificio y, con ello, la necesidad de mantener una parte para la Memoria Histórica.
Pese al esfuerzo y la lucha de organizaciones vecinales, sociales y políticas, la cárcel fue derribada en octubre de 2008. Durante una noche otoñal, el Gobierno de por aquel entonces derribó la cúpula central, el elemento más emblemático de la cárcel, y donde se había propuesto la creación de dicho centro para la memoria histórica.
El único recuerdo en pie de aquel lugar es el Pabellón del Antiguo Hospital Penitenciario. Como un recuerdo más allá de la realidad penitenciaria, este es el último bastión que queda de la memoria de quienes sufrieron el entrometimiento político durante la dictadura y no cesaron su lucha por la democracia. Por ello la Plataforma, en coherencia con su planteamiento y ante la supresión del resto de edificios, exige al Gobierno que se destine esta dependencia para la Memoria Histórica. Actualmente, los remanentes de lo que fue la cárcel acogen el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche.
Según la organización, “la lucha no va a parar” y aseguran que ya se están preparando actos “en recuerdo del vergonzoso derribo de la cárcel”, que en el próximo octubre cumplirá 17 años.
Como parte de la iniciativa, la Plataforma promotora se manifestó el pasado 22 de mayo frente al Ministerio del Interior con el objetivo de exigir al gobierno acciones concretas, más allá de las meras declaraciones.
La cárcel de Carabanchel, la historia
La cárcel de Carabanchel, inaugurada en 1944, fue una de las principales instituciones represivas del régimen franquista en España. Construida en el municipio de Carabanchel Alto, en Madrid, su diseño arquitectónico se basó en el modelo panóptico, ideado por el filósofo Jeremy Bentham, que permitía un control eficiente de los internos desde un punto central. La estructura constaba de ocho galerías dispuestas en forma radial, con un cuerpo central coronado por una cúpula de hormigón armado. Este diseño buscaba facilitar la vigilancia constante y la disciplina estricta dentro del penal.
La construcción de la cárcel comenzó en 1940 y fue llevada a cabo por aproximadamente 1000 presos políticos sometidos a trabajos forzados. La obra se desarrolló en dos fases, finalizando en 1955. El complejo contaba con una capacidad para albergar hasta 2000 reclusos, aunque en ocasiones el número de internos superaba esta cifra. La cárcel fue concebida inicialmente como un gran reformatorio, pero con el tiempo se transformó en un centro de reclusión para opositores políticos al régimen.
A lo largo de su existencia, Carabanchel fue escenario de numerosas violaciones de derechos humanos. Miles de personas fueron encarceladas por motivos políticos, incluyendo militantes de partidos de izquierda, sindicalistas, estudiantes y otros opositores al franquismo. Dentro de sus muros, se llevaron a cabo torturas, ejecuciones y otras formas de represión. La última ejecución en la cárcel se produjo en 1975, con la muerte de cinco miembros del FRAP y ETA.
Su historia termina en 2008 con su demolición, pero la memoria y el significado que dejan latente será, bajo el espectro del deber, recordado en honor a la lucha y el sufrimiento de todos aquellos contrarios al régimen franquista.