Los toldos que el Ayuntamiento de Madrid ha colocado en la Puerta del Sol han centrado buena parte de la polémica de este verano. La iniciativa del Consistorio de José Luis Martínez-Almeida llegaba con el objetivo de hacer de la céntrica plaza un lugar algo menos caluroso para quienes pasearan por ella en época estival, pero quedó en un fiasco.
Antes, al equipo de Cibeles le llovieron las críticas por haber cambiado la disposición del enclave, dejándolo en un espacio sin sombra ni un atisbo de algún elemento que pudiera hacer más ameno un paseo por este espacio.
Como solución, el Ejecutivo anunció a bombo y platillo la colocación de los polémicos toldos, que no escaparon a la controversia por lo que muchos valoran como un sinsentido dentro de varios contratos que terminaron por suponer dos millones de dinero público.
Ahora, el portavoz de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Antonio Giraldo, rescata un hecho que suma una polémica más a la infraestructura: la compañía que la gestiona -Carpas Zaragoza- dejó un pufo de medio millón de euros en Zaragoza.
Giraldo define la obra capitaneada por el equipo de Almeida como una “historia de despropósitos” desde el inicio de la misma hasta ahora. “Esta compañía se encargó del mantenimiento en esta ciudad, y del montaje y desmontaje de unos toldos en la ciudad aragonesa que debieron de ‘desaparecer’ y hubo que invertir en unos nuevos (…) Nuestro partido de allí se quejó a la alcaldesa, y no sé en qué punto está ahora, pero fue la misma empresa que ha ganado el mantenimiento de los toldos de aquí con una mecánica similar, que se montan y desmontan a lo largo del año”, expresa.
La polémica de Zaragoza
La estructura de la capital aragonesa encuentra ciertos paralelismos con la de Madrid. En su caso costaron también 500.000 euros -lo que supuso un posible sobrecoste- y el PSOE zaragozano denunció en mayo de este año que se encontraban en “paradero desconocido” atendiendo a una información de la Cámara de Cuentas de Aragón, que censuró la operación, dirigiéndose a ella como un “fiasco”.
El PP defendió que el proyecto lo validó la intervención municipal, pero no dio explicaciones sobre los toldos, que ‘nacieron’ con Carmen Herrarte como consejera de Economía cuando la formación ‘popular’ gobernaba con Ciudadanos, antes de ejercer ésta como directora general de Comercio, ya con el partido de Jorge Azcón.
Los socialistas llegaron a denunciar “numerosos indicios de delito” que detectaron en la compra de un material que en la práctica no sirvió para nada. La compañía fue la única que se presentó a la oferta, llevándosela por un precio seis veces superior al de mercado. Entretanto, el objeto de la subvención - “la instalación y desinstalación de los toldos por un periodo de tres años, así como su correcto mantenimiento”- no se llevó a cabo, dado que los toldos no pasaron del año y la decisión del Ejecutivo frente a ellos después nunca llegó a conocerse.
Los toldos viajaron hasta Galicia
El urbanista y concejal del PSOE de Madrid (PSOE-M), recuerda a este periódico cómo se gestó la remodelación de la Puerta del Sol. Todas las gestiones alrededor de los toldos costaron unos dos millones de euros en total, pero antes de ellas la cantidad de dinero que depositó el Consistorio fue ingente.
“Sin toldos, primero se hace una reforma de la plaza que cuesta aproximadamente 11 millones de euros, sin sobrecostes”, explica Giraldo. Esta cuantía es solamente en bancos, el diseño del adoquinado, etc.; y es después de todo cuando Cibeles decide que hay que colocar los toldos.
Esto último implica volver a quitar los bancos, cuestión que ejecuta por un valor de medio millón de euros, al que hay que sumar otro millón para hacer unos anclajes “especiales”. “El primer contrato ya mencionaba a los anclajes, pero por lo visto tenían que hacer otros con unas losas de metal debajo para poder sostenerlos”, expone la fuente que habla para estas líneas.
Para más inri, los bancos viajan de Madrid a Galicia, donde se lleva a cabo la ‘obra’ antes de regresar a la capital. “Y de repente sale otro contrato más de una empresa que se va a encargar de gestionar el mantenimiento de esos toldos; del montaje y desmontaje y de guardarlos por 500.000 euros”.
La cantidad total asciende, por lo tanto, hasta los dos millones de euros, cuantía que obedece a un “reguero de dinero público con un criterio cuanto menos cuestionable y un resultado un poco mediocre, porque no da sombra”, subraya el concejal. Además, rememora que ya se había hecho una reforma sobre la plaza hacía unos años. “Tenía que haberlo pensando entonces, integrando los toldos en la reforma”, apuntala.
Y concluye: “Es un derroche tras otro, la sensación de que se van haciendo chapuzas, una detrás de otra, por valor de dos millones de euros cuando ciudades como Valladolid cuando gobernaba Óscar Puente hicieron algo parecido por mucho dinero menos”.