Con fecha 7 de agosto y a través de un comunicado Impulsa Galicia ha anunciado su disolución. Según el mismo, su junta universal ha dado luz verde a “la disolución de la sociedad una vez constatado el cumplimiento de su propósito fundacional: contribuir a acelerar la recuperación económica de la comunidad aútonoma en el escenario pospandemia”.
En el mismo escrito, que puede verse en la página web de la entidad, también se indica que los socios (50% de la Xunta - 40% del accionariado de manera directa y el otro 10% a través de la empresa pública Sogama, Sociedad Galega do Medio Ambiente-; 38% de Abanca y 12% de Reganosa), a la hora de adoptar esta “decisión” también han tenido en cuenta “el próximo final del programa Next Generation UE, la evolución en las necesidades del tejido productivo y la creación, posterior a la de la propia compañía mixta, de organismos que en el seno de la Administración han asumido el estímulo de la cooperación público-privada y el apoyo al desarrollo de proyectos transformadores”.
En su explicación señala que estas entidades que vienen a cubrir la supuesta necesidad que propició el nacimiento de Impulsa bajo la presidencia de Alberto Núñez Feijóo “son tres, principalmente: la Oficina de Coordinación Económica de la Xunta de Galicia, la Secretaría Xeral de Industria y la Oficina Económica de Galicia”.
Sin embargo, la sospecha siempre ha acompañado a esta sociedad que se ha desarrollado en medio de la polémica y, a tenor de las denuncias previas y que ahora recuerdan desde la oposición, con el objetivo claro de empujar para que Altri construya su macrocelulosa definitivamente en el concello lucense de Palas de Rei.
Hace justo un mes, el Partido Socialista de Galicia llamó la atención acerca de la “falta de transparencia” que rodea al organismo desde su creación.
Ahora, con su disolución, el PSdeG es todavía más contundente recordando, precisamente, que se acuerda esta medida unas semanas después de que la formación reclamara todos los expedientes relacionados con Impulsa Galicia. Lo hace la Xunta, además, “por la puerta de atrás”, “en plenas vacaciones” y con un “simple comunicado”.
Las sospechas del por qué de la creación de esta entidad aumentan con este cierre precipitado y su conexión con la multinacional portuguesa y su proyecto. A esto se han referido los socialistas que insisten en conocer “qué se esconde tras el pacto entre Altri y el Gobierno del PP”. La diputada autonómica Patricia Iglesias se pregunta que “va a suceder ahora con el acuerdo” entre la Xunta y la empresa lusa, y “si esta maniobra que acaba de articular el Ejecutivo de Rueda mantiene a salvo ese acuerdo de la fiscalización de las instituciones y del conocimiento público”.
"Contrataciones opacas" y "borrado de pruebas"
En julio pasado la parlamentaria socialista y habló de “indicios preocupantes de contrataciones opacas, sin garantías minimas de concurrencia y con empresas ligadas al Partido Popular”.
Una de las cuestiones de las que se habla ahora mismo a raiz de la disolución de Impulsa Galicia por la consecución de los objetivos marcados, según indica el comunicado, es qué empresas ha atraído hasta la región para su implantación, más allá del caso de Altri. Iglesias considera que la justificación del cierre de Impulsa por el “cumplimeinto de su propósito fundacional”, no es más que una “excusa” y la constatación del “fracaso absoluto de la política industrial do PP”. Además se pregunta “dónde están” los grandes proyectos que se suponía que iba a atraer.
A modo de conclusión, la parlamentaria socialista este cierre “no es solo la crónica de un fracaso”, sino que se trata de la “demostración del modus operandi del PP: crear chiringuitos híbridos de colaboración público-privada para huir del control”. Los socialistas no descartan pedir explicaciones en los tribunales si no se facilitan en la cámara gallega.
En una línea similar se muestra el Bloque Nacionalista Galego. Su diputado, Brais Ruanova, enmarca la disolución de Impulsa en “una suerte de borrado de pruebas" y una huida hacia adelante “tras dejar como legado una bomba ambiental” como el proyecto de Altri.
Coincide Ruanova con los socialistas al hablar de esta Sociedad Impulsa como el ejemplo más claro y evidente de la “política opaca y de la economía de amigotes y chiringuitos” propia del PP.
El diputado autonómico del BNG también subraya que esta entidad que ahora se disuelve lleva tiempo “en el foco del Consello de Contas”, por su opacidad y por la negativa del Gobierno de Rueda “a que pueda ser fiscalizada”.
Al igual que el PSdeG, los nacionalistas consideran fundamental conocer el “acuerdo secreto” entre Impulsa Galicia y Altri firmado en octubre de 2021.