En Galicia quedan en la actualidad más de 20 granjas de visones, la mayor parte de ellas en la provincia de A Coruña. En esta tierra, las empresas han encontrado facilidades legislativas e institucionales para su implantación, lo que ha llevado a que se pusieran en marcha aqui negocios con capital exterior procedente de paíes en los que este tipo de prácticas ya está prohibido. 

Estas instalaciones, advierten desde la Fundación Franz Weber,  suponen “un negocio cruel que contamina suelos y aguas subterráneas, y crean un impacto negativo para la biodiversidad autóctona, por las continuas fugas de los visones americanos de las jaulas". Tal es así, que estos animales han llegado, incluso, al Parque Nacional Illas Atlánticas, conformado por las Islas Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada. "Esto tiene una afectación mucho más grave", precisa Rubén Pérez, portavoz de esta entidad dedicada a la protección animal.

La salida constante de estos animales ha llevado en este territorio a la casi extinción del bisón europeo, mucho más pequeño, pues el americano es "muy voraz", sburayan desde FFW. 

En la peor parte de la pandemia, la entidiad inició a través de la plataforma Change.org , una recogida de firmas por medio de la que ha ido sumando apoyos. Ahora, con más de 60.000 rúbricas, vuelve a insistir en la necesidad de hacer algo con este tipo negocios.

Reservorio de nuevas pandemias 


"Han pasado varios años de la crisis de la Covid-19 y no ha habido grandes cambios en la vigilancia de estos recintos", advierte Rubén Pérez. Los animales están hacinados, la producción es muy  elevada, los ejemplares no duran más de un año, y las instalaciones están abiertas, puesto que los olores, de lo contrario, serían insoportables.

Esto supone un riesgo de zoonosis. "El  70% de las nuevas enfermedades que han surgido en las últimas décadas son de origen animal", explican desde la FFW y la razón suele estar en "las condiciones de hacinamiento y suciedad de las granjas", lo que genera un "peligroso reservorio de nuevas pandemias más peligrosas y mortales para los próximos años". 

Cada vez menos consumidores apuestan por esta piel

Además de amenazar la biodiversidad y suponer un problema de salud pública, hay otro aspecto importante a tener en cuenta, subrayan desde la Fundación, y es que "cada vez son menos los ciudadanos que optan por artículos de piel de visón como abrigos, estolas o gorros". En este sentido, recuerdan que grandes empresas como el Grupo Inditex de Amancio Ortega, que aglutina marcas como Zara o Bershka, ya han renunciado a la peletería y sus artículos tienen la  etiqueta 'Fur Free Retailer', que indica no utilizan piel de granjas de visones. También han prescindido de este tipo de productos otras compañias como H&M, Zalando, Hugo Boss, Vans y Adidas.

Los grandes consumidores a día de hoy de piel de visón son millonarios y nuevos ricos de Rusia y China, a pesar de que las grandes subastas siguen realizándose en los países nórdicos. Pero ni siquiera en la franja de lujo es una moda que se mantenga. Cada vez más se ve reducida a "apliques en las prendas", incide este representante de la Fundación Franz Weber. 

La clave, la reconversión

Esta organización pide que España siga la trayectoria de otros países europeos, en los que el Estado se ha implicado en el cierre de granjas, proporcionando alternativas empresariales y de empleo "con una verdadera perspectiva de futuro". "No quereos un cierre del sector y ya, sino una reconversión, que permita a los dueños poner en marcha otros negocios", aclaran. 

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