El Partido Popular de Alfonso Fernández Mañueco tendrá que retratarse ante la petición de Vox de proteger 190 vestigios franquistas que se conservan en Castilla y León y los ultras consideran amenazados por la Ley de Memoria Democrática.

“Vox va a poner a salvo los vestigios de la historia de España”, escribía en su Twitter anoche el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, después de que varios de los procuradores de su grupo hubieran registrado ante la Consejería de Cultura, en manos del también ultra Gonzalo Santonja, la reclamación de incluir esas huellas del dictador en el Catálogo de BIC (Bienes de Interés Cultural), que los protegería como Patrimonio Histórico de Castilla y León.

“Los últimos gobiernos han permitido, por acción o por omisión, que se mutile la historia de España, reabriendo heridas y rompiendo el espíritu de concordia de la Transición”, señalaba Gallardo.

Tiempo y silencio

Precisamente ese término, “concordia”, y la firma de Mañueco en el acuerdo de gobierno de ambos partidos, PP y Vox, que asumía la elaboración de un decreto con el que dar pasos atrás en la memoria histórica, pero cuyo contenido exacto nunca se especificó, se repitió innumerables veces en aquellas primeras semanas después de que los de Abascal llevaran al presidente de nuevo al sillón del Palacio de la Asunción.

Fue una de las condiciones del texto negociado entre los dos partidos, en el que, finalmente, el PP se plegó a numerosas exigencias de los extremistas, consiguiendo así la mayoría que necesitaba para que Mañueco continuara al mando en la Comunidad Autónoma.

Sin embargo, transcurridos los meses, del famoso texto de “concordia” no ha vuelto a saberse, más allá de que, a preguntas de los periodistas, el portavoz de la Junta, repitiera que se estaba trabajando en el asunto, un asunto que más que en concordia, se había convertido ya en discordia.

Teniendo en cuenta que el paso del tiempo (y el silencio ante la incomodidad que, para el Partido Popular suponen no sólo la acción, sino las preguntas acerca de este compromiso de gobierno), estaba diluyendo el protagonismo de la “concordia”, Vox ha decidido presionar con este, uno de sus objetivos ideológicos.

El PP tendrá que votar a favor o en contra

Según explicó el portavoz de Vox en las Cortes de Castilla y León, Carlos Menéndez, a las puertas de la Consejería de Cultura tras el registro de la petición de un grupo de procuradores, se trata de “un primer paso, utilizando los instrumentos jurídicos a nuestra disposición ante una futura presentación de una Proposición No de Ley”.

Una vez incluidos los 190 bienes en el Catálogo de la Junta de Castilla y León, el Grupo Parlamentario Vox anuncia que presentará esa PNL para su debate y votación en las Cortes, momento en el que los socios del Partido Popular deberán votar a favor o en contra, puesto que la abstención no les valdría a los 13 de Gallardo para sacar la propuesta adelante.

Vox se considera, así, “a la vanguardia de la oposición a Pedro Sánchez”, y afirma que esos vestigios que pretende proteger tienen “un carácter documental” y, por tanto, “permiten escribir la historia”.

Según la normativa en vigor, los bienes culturales más relevantes de Castilla y León están protegidos mediante una resolución de la administración que reconoce su valor e importancia histórica.

El primer monumento reconocido por su interés cultural fue la Catedral de León en el año 1844, y desde ese momento hasta la actualidad se van reconociendo progresivamente nuevos bienes de diferentes tipologías.

Este reconocimiento se realiza desde principios de los años noventa del siglo XX por la Junta de Castilla y León de acuerdo a los procedimientos establecidos en la Ley de patrimonio cultural.