“¡Viva la libertad, carajo!”, gritó entusiasmado el consejero de Empleo e Industria de Castilla y León, Mariano Veganzones, al más puro estilo Milei, en cuanto conoció, esta semana, que el Tribunal Superior de Justicia había decidido desestimar la querella que presentó el sindicato Comisiones Obreras por injurias y calumnias contra el más colérico de los altos cargos de Vox en Castilla y León, reiteradamente agresivo contra los sindicatos y el Gobierno “socialcomunista” de Pedro Sánchez.

Lo cierto es que el TSJ no encuentra delito y enmarca insultos, menosprecios y acusaciones en el contexto de la libertad de expresión, pero sí reconoce que las manifestaciones públicas de Veganzones, en actos públicos y plenos en las Cortes son “injustificables y objetivamente injuriosas”. De hecho, el auto señala que “son claramente incorrectas y ofensivas, y probablemente innecesarias para el fin perseguido por el querellado al pronunciarlas, que bien pudiera haber utilizado otras menos hirientes”.

“Crítica excesiva desde parámetros objetivos”

El argumento del juez no queda ahí, porque el auto también recoge que “la crítica puede calificarse de excesiva, quizás desde parámetros objetivos”.

En este punto, conviene recordar que Veganzones utilizó insultos como “comegambas”, “sanguijuelas” y “parásitos” refiriéndose a las centrales sindicales, además de instarles a “devolver lo robado”.

A ese respecto —el de devolver lo robado— el auto reconoce que “dicha crítica o atribución se hace de una manera áspera e inapropiada”.

El sindicato se ha dado por satisfecho con la “sólida y contundente argumentación” del auto que, considera su ejecutiva, satisface sus pretensiones, puesto que lo que se buscaba era el reconocimiento expreso de un tribunal de las calumnias e injurias proferidas por Veganzones, algo que entienden el auto recoge. Eso sí, reclamaban disculpas que, con toda seguridad, no van a recibir por parte del emulador de Milei y fan de Trump.

CCOO pide a Mañueco un código deontológico para su Gobierno

Pero, además de decidir no recurrir el auto de la querella, la ejecutiva de CCOO también ha decidido dirigirse a Alfonso Fernández Mañueco para instarle a que apruebe un código deontológico para su Gobierno, es decir, algo así como una especie de catecismo ético para el equipo PP-Vox que dirija sus expresiones públicas y coarte sus exabruptos.

El sindicato considera que en estos momentos es imprescindible un “código que vele por los valores de la democracia en la Junta de Castilla y León” y que ayude a cuidar el debate desde el punto de vista “ético y estético”. El secretario general de CCOO en Castilla y León, Vicente Andrés, entiende del todo intolerable que “el Gobierno insulte al pueblo”.

Segundo reproche de los tribunales para Veganzones

Andrés recuerda, además, que esta es la segunda vez que la justicia tira de las orejas al consejero ultra. El sindicalista afirma que los fundamentos que recoge el auto del TSJ se suman a los que ya recogió la sentencia —en aquel caso favorable a CCOO— por la demanda del calendario de festivos de 2023.

Ciertamente, en diciembre de este pasado año, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León dictó sentencia declarando nulo de pleno derecho el calendario festivo del año que entonces finalizaba en el que, de forma arbitraria, la Junta suprimió como festivo autonómico el 23 de abril (Día de la Comunidad) para sustituirlo por el 25 de julio (Día de Santiago Apóstol”, algo que el tribunal consideró “una decisión discrecional no justificada” y “no responde a los fines de interés público”.

Personaje esperpéntico”

Esta semana le ha llovido, además, al consejero, otra recriminación, en este caso por parte del otro sindicato, UGT, que acusa a Veganzones de “pasotismo” ante el cierre de Nanta, la única industria ubicada en el municipio de Tudela de Duero (Valladolid) cuya clausura amenaza el empleo de 27 trabajadores y trabajadoras a finales del mes de junio.

Para la secretaria de acción sindical de la federación de industria de UGT en Castilla y León, Sandra Vega, “Veganzones es un personaje esperpéntico donde los haya. Parece que ahora brota en él la vena sindicalista al querer asesorar a la representación legal de los trabajadores, llegando a mediar incluso, si fuera necesario, entre ellos y la empresa. Parece necesario advertirle que esta función está atribuida legalmente al SERLA, servicio que él mismo y sus ‘colegas’ quieren eliminar suprimiendo los recursos necesarios para su funcionamiento”.

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