El Instituto Oceanográfico de Cataluña, que es el Instituto Catalán de Investigación para la Gobernanza del Mar (ICATMAR), ha publicado los resultados sobre el Estado de la pesca en Cataluña 2025. En él se realiza una evaluación precisa, en aguas catalanas, de las cinco poblaciones de peces relevantes para el plan de la Unión Europea sobre la gestión de la pesca demersal del Mediterráneo occidental: la merluza, el salmonete, la cigala, la gamba roja y la gamba blanca.

El estudio determina que todas las poblaciones evaluadas se mantienen estables o mejoran, y que no están afectadas por la presión pesquera actual (como ocurre, por ejemplo, con la gamba roja). La estabilidad de las poblaciones se constata a partir de los resultados de los distintos modelos de cálculo aplicados por el ICATMAR.

Además, los valores de desembarcos por unidad de esfuerzo (la cantidad de capturas por embarcación) durante los primeros cinco meses de 2025 son superiores a los del mismo período en años anteriores para todas las especies de interés, lo que indica una situación más favorable para el conjunto de especies.

“Ante todas estas evidencias científicas, el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación reclama a la Comisión Europea, mientras finaliza la actualización del modelo de cálculo de los stocks y la modificación del Reglamento de pesca de arrastre, una revisión inmediata de los días de pesca que garantice la actividad pesquera en 2025, y la **derogación de la limitación de los desembarcos de gamba” —ha informado el consejero Òscar Ordeig durante la presentación de los datos del estudio.

Ordeig ha aprovechado para pedir a la Comisión Europea, ante el anuncio del recorte del presupuesto destinado a la nueva Política Agraria Común (PAC), que no se pierdan recursos destinados al sector pesquero, especialmente en un contexto de transición ecológica y de crecientes esfuerzos de los pescadores en materia de sostenibilidad. Esta petición también ha estado presente en la declaración institucional hecha en el Parlamento en apoyo a la pesca catalana, suscrita por todos los grupos parlamentarios.

Estas demandas también serán trasladadas al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luís Planas, y al comisario de Pesca y Océanos de la Unión Europea, Costas Kadis.

Es necesario reconocer el esfuerzo realizado para ser más sostenibles y modificar el método de cálculo de los stocks

Asimismo, el estudio del ICATMAR constata la necesidad de reconocer el esfuerzo del sector pesquero en los últimos años, y de apostar por una gestión pesquera basada en los ecosistemas (por ejemplo, los más de 500 km² de zonas permanentemente cerradas a la pesca, o la sustitución de puertas voladoras por parte de la flota).
Además, recomienda evitar la segregación de la flota según segmentos de eslora (longitud del barco) o la separación entre caladeros costeros y de aguas profundas.

“Necesitamos recuperar el modelo tradicional de pesca de Cataluña, e incorporar indicadores sociales y económicos en la toma de decisiones, para garantizar la consecución de una triple sostenibilidad pesquera”, ha destacado Òscar Ordeig.

A su vez, los resultados confirman la necesidad de revisar los modelos de evaluación de los stocks, para garantizar que se adapten a una pesquería mixta como la pesca de arrastre en el Mediterráneo, y para tener en cuenta todos los parámetros que afectan al estado de los recursos pesqueros (aspectos biológicos, medidas de gestión aplicadas, impacto del cambio climático sobre la temperatura del agua, y otros parámetros ambientales, etc.).

Por ejemplo, en el caso de la merluza, especie de referencia para asignar días de pesca, parece que hay aspectos de la población que los modelos de cálculo basados en tallas no interpretan correctamente; es evidente que se necesita un enfoque más preciso.

El estudio del ICATMAR también afirma que el estado de las poblaciones no puede evaluarse únicamente a partir del resultado numérico de los modelos matemáticos; se deben incorporar el resto de datos disponibles, como artículos revisados por expertosinformación ambiental o biológica de las especies, y conocimientos obtenidos a partir de la observación a bordo. Es decir, es necesario implementar una verdadera gestión pesquera basada en el conjunto del conocimiento científico, y no solo en una parte de él.

El sector pesquero catalán denuncia la actual situación de emergencia

El informe del ICATMAR advierte también sobre las consecuencias actuales en la gestión pesquera derivadas de la doble regulación, que implica tanto la reducción de los días de pesca como la limitación de las capturas de gamba roja.
Los desembarcos y las tendencias de esta especie se han mantenido estables durante la última década; el índice de abundancia, las observaciones de campo y el diagnóstico de los modelos de producción estiman que el stock se pesca de manera sostenible.

“Para nosotros, es una medida equivocada que debe corregirse de forma inmediata. De lo contrario, sufriremos consecuencias irreversibles a nivel biológico, económico y social”, ha asegurado el consejero.

Por su parte, la Federación Nacional Catalana de Cofradías de Pescadores denuncia que los días de pesca se acabarán a finales de septiembre, o incluso antes en el caso de la flota más pequeña. En el contexto de las pesquerías específicas del Mediterráneo, no existe ninguna otra actividad pesquera a la que los pescadores puedan cambiarse (a diferencia de otros caladeros, los pescadores no trabajan en distintos barcos según la temporada).
Por tanto, esto supondrá la pérdida irreversible de puestos de trabajo.

Además, a pesar de que este está siendo un muy buen año para la gamba, lo que permitiría obtener un rendimiento económico extraordinario para el sectorla disponibilidad y viabilidad del subsector de la gamba roja están en riesgo, ya que solo puede pescarse el 50% respecto al año pasado.

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