La “ppvergencia” está haciendo socios y compañeros de viaje a dos nacionalismos antagónicos, el catalán y el  español.  Falta por ver el precio que tendrán que pagar electoralmente  CiU y el propio Mas por los asaltos al estado del bienestar y la cesión a las exigencias populares.

Para hacer valer su relevante papel en la nueva etapa, Alicia Sánchez Camacho exigió  sentarse detrás de Artur Mas en la cámara catalana. Hubo que cambiar toda la distribución de los grupos políticos para dar gusto a la  portavoz del PP. Así, cada vez que se retransmite en  un pleno en directo, aparece en pantalla para demostrar su peso y poder.

A partir de junio los catalanes comenzarán a pagar un euro por cada receta de la Seguridad Social;  además,  el personal interino de la administración va a ver recortado su salario en un 15% mientras sube el precio de la factura del agua. Esta bajada de salarios a los interinos, los trabajadores que más han visto recortados sus derechos laborales, no alcanza sin embargo a los privilegiados presidentes de las Diputaciones catalanas.

Precisamente los responsables de la Diputación de Barcelona, Lleida y Girona están entre los cuatro mejor pagados de España. Todos ellos, incluido el de Tarragona, ganan mucho más que Mariano Rajoy. En el caso de Barcelona su presidente dobla el salario del inquilino de la Moncloa.  Pero todos ellos son intocables.

Tampoco el tándem Mas/Camacho se ha planteado restablecer el impuesto de sucesiones que difícilmente merma la renta de los más desfavorecidos. Resulta, así mismo, llamativo que la líder del PP  no exija, como contrapartida de tantos recortes a los sufridos ciudadanos, el cierre de las “embajadas” que la Generalitat tiene en Berlín, Londres, Nueva York, París y Bruselas. Solo el alquiler de la delegación en la capital comunitaria cuesta la friolera de 832.260 euros al año. Mas considera sus “embajadas” intocables por su papel en la promoción económica y cultural de Cataluña. Camacho, antes, las consideraba un desatino. Ahora no se sabe.

Lo cierto es que,  pese a tener a profesores y sanitarios al borde del colapso,  las medidas tomadas por Mas/Camacho solo han recortado un punto el déficit,  por lo que habrá que estar atentos a los nuevos palos a la sociedad catalana para hacerse una idea de lo que sucederá en el resto de España.

Victoria Lafora es periodista y analista política