La Junta de Castilla y León ha decidido adelantar a las 20.00 horas el toque de queda, confinar perimetralmente todas las provincias y limitar a cuatro personas las reuniones en domicilios como medidas para intentar paliar el aumento de contagios que está experimentando la comunidad en esta tercera ola.

Estas nuevas restricciones se suman a las que ya se pusieron en marcha en el Consejo de Gobierno extraordinario celebrado el pasado martes: el cierre en el interior de los establecimientos hosteleros, la clausura de gimnasios, centros comerciales y salas de apuestas, además del cierre perimetral de la Comunidad.

Pero el adelanto del toque de queda hasta las 20.00 horas queda desamparado de lo que establece el decreto del estado de alarma, que permite fluctuar una hora el indicado por el Gobierno a las 23.00, permitiendo establecerse a las 22.00 o las 00.00.

A pesar de ello, la Junta de Castilla y León mantiene su decisión de adelantar el toque de queda, a partir de este sábado, acogiéndose al artículo 10 del Real Decreto de 3 de noviembre que prorroga el Estado de Alarma, además de que desde el Gobierno autonómico se asegura que sí se ha informado al Ministerio de Sanidad antes de que esta medida entre en vigor.

Así, el Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco remite al artículo 10 de dicho decreto que dice que la autoridad competente en cada comunidad podrá en su ámbito territorial, a la vista de la evolución de los indicadores sanitarios, epidemiológicos, sociales, económicos y de movilidad "modular, flexibilizar y suspender" la aplicación de las medidas previstas en los artículos 5, 6, 7 y 8, siendo el 5 el que regula la limitación de circulación de las personas en horario nocturno.

Estas medidas se establecen para los próximos quince días, pero si no tienen el efecto deseado, tal como afirmó el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, “el confinamiento será inevitable” por el crecimiento de la incidencia.