La fachada del Ayuntamiento de Toledo no ondeará este 2025 la bandera arcoíris con motivo del Día del Orgullo LGTBI. Será el tercer año consecutivo en que el Consistorio renuncie a visibilizar institucionalmente los derechos del colectivo, en una decisión que, una vez más, responde al veto explícito de Vox y a la sumisión del Partido Popular a las posiciones ideológicas de su socio de gobierno en el consistorio toledano. El resultado es un retroceso simbólico pero profundo en el compromiso municipal con la igualdad, que vuelve a dejar a Toledo fuera del mapa de ciudades que utilizan sus instituciones para dar un mensaje claro de respeto y diversidad.

Pese a que la Junta de Portavoces del Ayuntamiento aún debe votar la propuesta la próxima semana, el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Juan Marín, ya ha adelantado que su formación votará en contra, como ha hecho en años anteriores. Su argumento esgrimido no cambia. Considera que la bandera arcoíris representa "un privilegio" para un colectivo que, según sus palabras en el medio de comunicación encastillalamancha.es, ya no sufre discriminación en España.

Además, ha defendido que en la fachada del Ayuntamiento solo deben ondear símbolos oficiales, ignorando que múltiples instituciones públicas de todos los niveles han hecho uso de este tipo de gestos simbólicos como forma de apoyo a causas sociales y de reconocimiento de derechos.

Estas declaraciones no solo resultan ofensivas para las personas LGTBIQ+, sino que suponen una negación flagrante de la realidad. Los datos sobre delitos de odio por orientación sexual o identidad de género siguen aumentando, y aún persisten discriminaciones en múltiples ámbitos de la vida social, laboral y educativa.

El alcalde de Toledo se desentiende 

El alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, ha evitado posicionarse sobre el sentido del voto de su grupo en la próxima Junta, limitándose a declarar que "hay que escuchar a todos los grupos". A preguntas de los medios durante un acto, Velázquez ha admitido que Vox se opondría a la colocación de la bandera" y que como alcalde tiene la obligación de respetar lo que dice el resto de grupos.

Resulta llamativo que el regidor hable de respeto a la voluntad ciudadana mientras su gobierno niega a una parte significativa de la población la representación institucional que sí se permite en otras ciudades gobernadas por su mismo partido, pero la supuesta “normalidad” con la que tratan de justificar la exclusión de la bandera LGTBIQ+ es, en realidad, una forma de blanquear discursos que cuestionan los derechos más elementales de toda una comunidad.

Mientras tanto, el PSOE ha solicitado formalmente la colocación de la bandera arcoíris como "símbolo de compromiso con la diversidad, la igualdad y los derechos humanos". El grupo municipal de Izquierda Unida también ha anunciado su apoyo a la iniciativa. Frente a ello, el silencio del PP y el desprecio abierto de Vox evidencian el aislamiento institucional de las fuerzas que todavía defienden un modelo de ciudad inclusivo.

Gobierno sostenido por Vox

El Ayuntamiento de Toledo está gobernado desde 2023 por un gobierno de coalición entre el Partido Popular y Vox, fruto del pacto alcanzado tras las elecciones municipales. El actual alcalde, Carlos Velázquez, del PP, accedió al cargo con el apoyo decisivo de la formación de extrema derecha, que entró en el Gobierno local y condiciona parte de la agenda política del Consistorio.

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