La localidad ciudadrealeña de Villanueva de los Infantes acogerá este fin de semana las 'Jornadas en Defensa de la Historia de España y de la Hispanidad', un encuentro que se presenta como cultural pero que en realidad funciona como un acto de exaltación del pasado imperial español con discursos racistas y excluyentes. El programa no solo incluye mesas redondas sobre “mestizaje” o “civilización hispánica”, sino que dedica un espacio específico a debatir “El islam como amenaza existencial para la Hispanidad”, un título que convierte a millones de personas en un enemigo cultural.

Lejos de ser un foro privado, estas jornadas cuentan con un apoyo institucional clave del Partido Popular y de Vox. La Diputación de Ciudad Real, gobernada por el PP y sostenida por Vox, ha destinado 8.800 euros de dinero público para su organización. A ello se suma la implicación directa del Ayuntamiento de Villanueva de los Infantes, también bajo el control del PP, cuya alcaldesa, Carmen María Montalbán, participará en la inauguración oficial junto al presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, y la diputada de Cultura y responsable de Vox en la institución, María Jesús Pelayo.

Racismo y superioridad cultural

Una vez más, PP y Vox dejan patente un racismo estructural y una visión de superioridad cultural. El mensaje de estas jornadas transmite que la llegada de España a América fue una obra civilizadora, un “pasado ejemplar” que habría llevado universidades, instituciones y lengua a un continente al que tratan como terreno virgen, ignorando deliberadamente que allí ya existían sociedades complejas, con culturas milenarias y sistemas políticos avanzados.

Al creerse superiores a los pueblos indígenas de Sudamérica, el discurso reproduce la misma lógica colonial que justificó la conquista: la idea de que unos son portadores de civilización y otros, simples receptores pasivos.

El tono de confrontación no se limita al mundo indígena. Al señalar al islam como amenaza, el programa de Infantes dibuja un choque civilizatorio entre “nosotros” (la Hispanidad cristiana) y “ellos” (musulmanes e indígenas), reforzando la narrativa de que la identidad española es homogénea, pura y en peligro. En realidad, esta visión niega la pluralidad que ha caracterizado la historia de España y convierte la diversidad cultural en un problema a erradicar.

Reivindican una versión única de la historia

El elenco de ponentes confirma esta deriva. Entre los nombres destacan perfiles ideológicamente alineados con el revisionismo histórico, como Javier Esparza, director del programa “El Gato al Agua”. No se trata de un debate académico con posiciones diversas, sino de una tribuna que reivindica una única versión de la historia: la España conquistadora, portadora de valores y civilización.

Las jornadas no serán encuentro cultural neutro, sino una plataforma en la que PP y Vox blanquean la idea de una superioridad racial y cultural. Con dinero público, se legitima un discurso que normaliza el racismo histórico y lo proyecta sobre la actualidad, señalando al islam como amenaza y relegando a los pueblos originarios de América al papel de subordinados. Una manera de reescribir la historia para reafirmar la supremacía de unos pocos y negar la diversidad de muchos.