La Feria de Ciudad Real ha tenido este año un protagonista incómodo y evidente: el blanqueo del fascismo, con la permisividad del PP y del alcalde Francisco Cañizares, que no ha movido un dedo para impedirlo. En los puestos instalados en el recinto ferial se han vendido objetos con simbología franquista, bufandas con la imagen de Franco y chapas que ensalzan la dictadura, un hecho que ha generado indignación ciudadana y que choca frontalmente con la Ley de Memoria Democrática. El colofón llegó este viernes, en la caseta joven municipal, donde decenas de asistentes corearon insultos contra el presidente del Gobierno, al grito de “Pedro Sánchez, hijo de puta”, mientras se proyectaba su foto en pantalla y se hacían saludos fascistas.
Según varios testigos, la iniciativa partió de uno de los técnicos, que pretendía hacerse el “gracioso”, aunque en la práctica lo que hizo fue alimentar un espectáculo de odio y confrontación en un espacio público bajo responsabilidad directa del Ayuntamiento. Durante esos minutos, decenas de jóvenes llegaron incluso a hacer saludos fascistas mientras coreaban los insultos, en una escena que simboliza la normalización de actitudes ultraderechistas en unas fiestas que deberían ser espacio de convivencia y respeto.
Ante lo ocurrido, el PSOE y las Juventudes Socialistas han lanzado un comunicado en el que expresan su "más absoluto rechazo" y advierten de la gravedad de que este tipo de mensajes se difundan en un recinto municipal. Subrayan que no representan a la ciudadanía de Ciudad Real y que son totalmente incompatibles con los valores democráticos que debe garantizar cualquier institución.
Vulneración de la Ley de Memoria Democrática
El escrito también denuncia la venta de artículos con simbología fascista durante la feria, una práctica que consideran ilegal por vulnerar la Ley de Memoria Democrática. Recuerdan que la normativa, impulsada por el Gobierno de España, busca reparar y dignificar a las víctimas del franquismo y sancionar cualquier forma de exaltación de la dictadura. En este sentido, alertan de que banalizar el franquismo es inaceptable en un Estado democrático y exigen que el Ayuntamiento actúe con firmeza.
Los socialistas apuntan directamente al alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, a quien reprochan su tibieza y complicidad implícita con la ultraderecha. Critican que no haya mostrado una respuesta clara ni contundente, limitándose a mirar hacia otro lado mientras en las calles de la ciudad se difundían mensajes y símbolos que atentan contra la convivencia. Para Juventudes Socialistas, la pasividad del PP local solo contribuye a alimentar los discursos de odio y a normalizar comportamientos antidemocráticos.
Las Juventudes Socialistas han remarcado que seguirán trabajando para que Ciudad Real sea una tierra de libertad, respeto y democracia, sin espacio para la exaltación de dictadores ni para el enaltecimiento de quienes atentaron contra los valores democráticos. Frente a la permisividad del PP, subrayan, la ciudadanía merece un Ayuntamiento que defienda con claridad los principios de convivencia y pluralidad.
Vox respalda y difunde los cánticos
El diputado nacional de Vox, Ricardo Chamorro, que hasta hace unos meses fue primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Ciudad Real dentro del pacto de gobierno con el PP, no solo ha salido en redes sociales a respaldar y justificar lo sucedido en la feria, sino que además ha sido él mismo quien ha contribuido a difundir estos episodios de odio.
El pasado 1 de agosto, Chamorro compartió en Facebook un vídeo de la Pandorga en el que se veía a varios jóvenes coreando a gritos “Pedro Sánchez, hijo de puta”, acompañados de aplausos y vítores. El diputado se limitó a comentar “Ciudad Real lo tiene claro”, en lo que parecía un gesto de regocijo y aprobación ante los insultos contra el presidente del Gobierno.
Lejos de condenar lo ocurrido en estas fiestas, el parlamentario de Vox se ha alineado públicamente con quienes participaron en esos episodios y ha acusado al PSOE de pretender "amordazar a los jóvenes". De esta manera, Chamorro no solo legitima, sino que amplifica desde sus redes sociales la banalización del fascismo y el odio político en los espacios festivos de Ciudad Real.