El Partido Popular en Castilla-La Mancha ha vuelto a poner en el centro del debate político una cuestión tan sensible como la violencia machista, esta vez a costa de las pulseras antimaltrato, en un intento de responsabilizar al Gobierno de España y al Ejecutivo de Emiliano García-Page de una supuesta “negligencia” en su gestión. La maniobra, criticada con dureza por el PSOE, ha sido calificada de “indecente e irresponsable” por convertir un problema de seguridad y protección de las mujeres en un instrumento de ataque político a las puertas del Debate sobre el Estado de la Región.

La polémica ha estallado después de que el Grupo Parlamentario Popular denunciara lo que considera una “censura” del PSOE en las Cortes regionales por haber “vetado” una iniciativa presentada este lunes sobre la gestión de los dispositivos de control telemático. Según la versión de los populares, se les ha impedido debatir una propuesta que incluía la reprobación de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y pedía su cese “como máxima responsable de esta gestión negligente”.

Además, el PP exigía que la Consejería de Igualdad de Castilla-La Mancha asumiera responsabilidades por lo ocurrido con las pulseras en Ciudad Real, donde el Ayuntamiento, gobernado por su propio partido, ocultó fallos en los dispositivos sin informar a las autoridades competentes.

Desde el PP, su secretaria general y portavoz parlamentaria, Carolina Agudo, ha cargado contra el Gobierno regional, asegurando que el PSOE ha querido “silenciar la violencia de género” y que su iniciativa buscaba “depurar responsabilidades” ante un supuesto “ataque a los centros de la mujer”. Sin embargo, en su discurso no ha hecho referencia a que fue precisamente el Centro de la Mujer de Ciudad Real quien elaboró el informe que destapó los fallos, ni a que fue el Ayuntamiento, también del PP, el que no comunicó oficialmente los hechos al Instituto de la Mujer ni a las Fuerzas de Seguridad. Una omisión que pone en entredicho la credibilidad del relato popular.

Hipocresía y "falta de decencia"

Frente a esta ofensiva, la respuesta del PSOE ha sido contundente. La portavoz parlamentaria socialista, Ana Isabel Abengózar, ha denunciado la “hipocresía” y la “falta de decencia” del Partido Popular, al que ha acusado de “usar el miedo de las mujeres como herramienta de confrontación política”. En palabras de Abengózar, “quienes gobiernan con quienes niegan la violencia machista hoy han querido salir a alarmar o a meter más miedo a las mujeres”. Una frase que resume la contradicción de un PP que, mientras en Castilla-La Mancha se presenta como defensor de las víctimas, comparte gobiernos autonómicos, provinciales y municipales con Vox, un partido que niega la existencia misma de la violencia de género y recorta los recursos destinados a combatirla.

La portavoz socialista ha recordado además que el Ejecutivo de Emiliano García-Page destina el mayor presupuesto de la historia a las políticas de igualdad y a la lucha contra la violencia de género, con una red de más de 80 centros de la mujer y 15 recursos de acogida activos en toda la región.

Abengózar ha señalado que la actitud del PP “demuestra su falta de propuestas para Castilla-La Mancha”, ya que, a diez días del Debate sobre el Estado de la Región, “no tienen ni una sola iniciativa que beneficie a los ciudadanos y recurren a inventar polémicas con temas tan delicados como éste”.

La diputada socialista ha lamentado que el Partido Popular “sigue sin tener nada que ofrecer a Castilla-La Mancha”, y ha advertido de que “convertir el dolor de las víctimas en una trinchera política” solo evidencia la incoherencia y el oportunismo de una formación que durante años recortó recursos en igualdad y prevención de la violencia machista cuando gobernaba. En este sentido, ha subrayado que “quien eliminó recursos y programas de protección a las mujeres ahora pretende dar lecciones de sensibilidad y responsabilidad”.