El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha defendido la necesidad de cinco grandes pactos nacionales que permitan a España disponer de un "modelo cierto de país" y superar el clima de fragmentación política que, a su juicio, impide planificar a largo plazo.

Durante su intervención en el desayuno informativo "La competitividad empresarial en un contexto de cambio global", organizado en Madrid por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), el presidente castellano-manchego ha reclamado acuerdos amplios en torno a cinco ejes fundamentales: armonización administrativa, sostenibilidad, bienestar social, estabilidad presupuestaria e infraestructuras.

En materia de armonización, García-Page ha lamentado que España lleve cuatro décadas sin abordar un proceso que permita un funcionamiento común entre comunidades autónomas. A su juicio, sería lógico avanzar hacia “un mismo sistema operativo”, con procedimientos homogéneos para trámites ciudadanos o empresariales, de modo que no existan diecisiete modelos distintos de administración.

En el ámbito de la sostenibilidad y la energía, el dirigente socialista ha apostado por alcanzar un pacto de “alcance europeo” que garantice la soberanía energética y la planificación de la transición verde. Ha recordado que España y Europa tienen “una gran capacidad de generación eléctrica alternativa” y ha subrayado que sería un error no aprovechar ese potencial.

Respecto al Estado del bienestar, García-Page ha advertido de la necesidad de hacer sostenible el sistema sanitario, dado que el nivel de exigencia ciudadana “ya es infinito” y “llegará un momento en que esto no se arregle solo con dinero”. Su propuesta pasa por un consenso que blinde los servicios públicos esenciales y evite su deterioro por decisiones improvisadas o partidistas.

En cuarto lugar, el presidente autonómico ha propuesto un pacto presupuestario plurianual que sustituya la actual dependencia de cuentas anuales, lo que calificó de “drama” y “absurdo”. En su opinión, Europa ha resuelto mejor este modelo, pactando escenarios financieros a cinco años vista que se van actualizando, lo que permite mayor previsión y estabilidad para las inversiones públicas.

Por último, García-Page ha defendido un gran acuerdo en materia de infraestructuras, que aborde cómo financiar y mantener autovías o líneas de alta velocidad en un contexto en el que los fondos europeos “ya no cubren todo”. Ha apelado a un diálogo realista sobre cómo sostener y ampliar la red de comunicaciones y transporte del país.

Page alerta sobre el avance del populismo en la política

Más allá del contenido económico y estructural de sus propuestas, el presidente castellano-manchego ha aprovechado su intervención para alertar sobre el avance del populismo en la política nacional. A su juicio, existen “gestos de populismo elemental” no solo en la oposición, sino también en la acción de Gobierno, lo que está llevando a una “democracia desvertebrada” en la que cada vez resulta más difícil saber “de quién dependen las cosas y quién puede abordarlas”.

García-Page ha criticado que esta tendencia “no ayuda a la economía”, sino que “la complica”, porque introduce incertidumbre e improvisación en la toma de decisiones. En este contexto, ha advertido de que la mayor amenaza para la economía de mercado no proviene de sus detractores, sino “de quienes deberían ser sus defensores más fervientes”, poniendo como ejemplo las políticas proteccionistas y de cierre comercial del expresidente estadounidense Donald Trump, contrarias al espíritu del libre comercio.

Con este planteamiento, el presidente castellano-manchego ha querido trasladar un mensaje de fondo: la urgencia de recuperar una política de Estado basada en la planificación y la cooperación entre administraciones, frente al cortoplacismo electoral y las disputas partidistas que, según ha advertido, están debilitando la competitividad del país y su cohesión interna.