La Feria de Ciudad Real ha estado marcada este año por una polémica que ha desbordado los límites de lo anecdótico y ha abierto un debate de calado sobre el avance y la permisividad hacia el fascismo en espacios públicos. Durante los días de celebración, se han documentado tanto la venta de objetos con simbología franquista en varios de los puestos del recinto ferial como los cánticos e insultos contra el presidente del Gobierno, acompañados de saludos nazis, en la caseta joven municipal.
Tres colectivos sociales –Ciudad Real Antifascista, Ciudad Real con Palestina y la Asociación del Pueblo Manchego– han denunciado públicamente lo sucedido y han advertido de la "normalización" y la "tolerancia institucional" hacia prácticas que enaltecen el franquismo y blanquean símbolos prohibidos por la Ley de Memoria Democrática.
Según han detallado en un comunicado, en diversos puestos se han vendido llaveros, bufandas y banderas con la imagen de Franco, además de otros símbolos de exaltación de la dictadura. Lo ocurrido, subrayan, no solo supone un ataque directo a la memoria democrática, sino también una ofensa a las víctimas del franquismo y a los valores constitucionales.
El episodio más grave se produjo el viernes 22 de agosto, durante una actuación musical en la caseta joven del propio Ayuntamiento de Ciudad Real. Allí, en un espacio que debería haberse destinado al ocio juvenil, se registraron cánticos de carácter fascista, saludos con el brazo en alto y la proyección en pantallas de imágenes manipuladas del presidente Pedro Sánchez, acompañadas de insultos como "Pedro Sánchez, hijo de puta".
Responsabilizan al Ayuntamiento, gobernado por el PP
Los colectivos han señalado directamente la responsabilidad del Ayuntamiento, gobernado por el Partido Popular, y han denunciado que tanto la Policía Local como la Nacional se mantuvieron al margen, a pesar de que la situación era evidente y atentaba contra la normativa vigente.
Estas organizaciones han recordado que la Ley de Memoria Democrática prohíbe expresamente la exaltación del franquismo en espacios públicos, y han mostrado su preocupación por lo que consideran una "tolerancia institucional" hacia actos que, lejos de ser aislados, se repiten con una frecuencia creciente. Han advertido de que permitir la comercialización de símbolos de la dictadura o los cánticos fascistas en un espacio público como la feria contribuye a blanquear ideologías de odio.
Denuncias del PSOE y de CCOO
La denuncia se suma a la que ya formularon en días anteriores el PSOE de Ciudad Real, el sindicato CCOO y el PCE, que pidieron explicaciones al alcalde Francisco Cañizares y reclamaron responsabilidades por la pasividad ante hechos que consideran gravísimos.
Lejos de ser un simple incidente festivo, lo ocurrido ha dejado en evidencia la fractura entre quienes defienden la memoria democrática y quienes desde las instituciones gobernadas por la derecha parecen mirar hacia otro lado. En pleno 2025, en un contexto de auge de la extrema derecha, la Feria de Ciudad Real ha acabado convertida en un escaparate del fascismo bajo la permisividad de quienes tenían la obligación de velar por el respeto a la legalidad y a la convivencia.