El presidente de Castilla-La Mancha y secretario general de los socialistas en esta comunidad, Emiliano García-Page, participó este viernes en la IV Escuela de Gobierno del PSOE de Castilla y León, celebrada en Salamanca, en uno de los análisis más duros que ha realizado en los últimos años sobre la etapa del Partido Popular al frente de la comunidad entre 2011 y 2015.
En un acto moderado por la ministra de Igualdad Ana Redondo, la mesa reunió a dirigentes socialistas como Carlos Martínez, Adrián Barbón y Eneko Andueza, aunque fue el presidente castellano-manchego quien acaparó el foco.
Desde el inicio de su intervención, García-Page calificó de horroroso el periodo comprendido entre los años de gobierno de María Dolores de Cospedal, asegurando que Castilla-La Mancha era una autonomía que ansiaba igualdad tras encabezar los recortes en Sanidad, Educación y prestaciones sociales. Subrayó que la comunidad se encontró enfangada, con servicios públicos desmantelados y un modelo que, según él, no dudó en aplicar despidos masivos.
Cospedal "disfrutaba con los recortes"
El presidente denunció que Cospedal "disfrutaba con los recortes", una frase especialmente dura con la que quiso sintetizar la política aplicada por el PP en aquella legislatura. Recordó que se eliminaron becas de comedor escolar, se cerraron comedores y se redujeron plantillas en áreas esenciales como la sanidad y la educación. Según su análisis, la receta de los populares consistió en ajustar desde abajo, afectando a quienes más dependían de los servicios públicos.
García-Page también acusó al PP de "endeudar en cuatro años Castilla-La Mancha tanto como el PSOE en 35", un dato que enmarcó dentro de lo que llamó un "recorte obsceno y tremendo". Aseguró que, cuando él mismo llegó al Gobierno en 2015, la región "no tenía ni un euro", lo que obligó a afrontar nóminas y servicios básicos desde una situación muy comprometida.
Frente a ese escenario, el presidente reivindicó su década de trabajo al frente de la comunidad como una etapa de reconstrucción, en la que se han revertido decisiones que, según dijo, "dolían en el alma". Destacó la recuperación de los planes de empleo, la reapertura de comedores escolares y la reconstrucción de los sistemas sanitario y educativo, subrayando que hoy hay 14.000 profesionales sanitarios más que hace diez años.
En materia laboral, quiso contraponer ambos modelos asegurando que, durante el Gobierno de Cospedal, el PP "destruía 46 empleos al día", mientras que ahora se crean 53, un contraste con el que quiso reforzar su mensaje sobre prioridades políticas. También puso en valor que Castilla-La Mancha ha ganado medio millón de habitantes, una cifra que utilizó para ilustrar el impacto de las políticas aplicadas desde 2015.
El "buen gobierno"
García-Page defendió que el "buen gobierno" es cumplir lo prometido, e insistió en que, aunque España afronta problemas, "el 90% no tienen que ver con los de hace 30 o 40 años", sino con los propios avances derivados de la mejora de la calidad de vida. Por ello, pidió mantener la estabilidad y seguir apostando por un modelo que, en su opinión, contrasta con el del PP, al que acusa de "despreocuparse del territorio".
La intervención sirvió al presidente castellano-manchego para reivindicar su gestión tras diez años al frente de Castilla-La Mancha, destacando que la comunidad ha cambiado "de arriba abajo" respecto al escenario que, según su versión, dejó el Partido Popular.