Ciudad Real se convertirá, de nuevo, en el epicentro del fascismo en España. Si hace apenas un mes la Feria de Agosto fue utilizada como escaparate para blanquear ideologías de ultraderecha con el beneplácito del PP, este fin de semana la ciudad vuelve a ser escenario de un acto aún más grave: la “Universidad de Formación” organizada por el partido fascista Democracia Nacional, bajo el lema “Resistencia sin cuartel”.
El evento, que arranca el viernes 20 de septiembre y se prolongará durante todo el fin de semana, ha sido publicitado por los organizadores como una cita de “formación nacionalista e inicio de curso político”. En realidad, se trata de un campamento ideológico en el que, además de charlas revisionistas sobre la Transición o la llamada “traición del 78”, se exaltará la identidad excluyente y se adoctrinará en la idea de que España vive en un “combate permanente y un grave conflicto con el sistema”.
En el programa aparecen nombres como Pedro Chaparro, Miguel Blasco, Max Romano, Luis Mateos o Pablo Manuel Alcaide, conocidos dirigentes de la extrema derecha, responsables de discursos cargados de odio, mensajes antieuropeos y referencias contra la Agenda 2030. Se anuncian también actividades como un “manifiesto de la espada”, marchas rurales “nacionales” y celebraciones “identitarias” alrededor del fuego, elementos que buscan recrear rituales de exaltación fascista.
Adoctrinamiento neonazi
Los organizadores presentan el encuentro como un espacio de “formación, camaradería y naturaleza”. Sin embargo, basta leer su propaganda para comprender que el objetivo es otro: adoctrinar, reforzar cuadros intermedios y preparar a las bases ultras para difundir un mensaje de confrontación social y política. No se trata de una simple acampada, sino de un laboratorio ideológico en el que se entrena y cohesiona a militantes de extrema derecha bajo un discurso de odio.
Además, la cita está rodeada de polémica: los organizadores están cobrando entradas por asistir a las actividades, mientras se desconoce si se han solicitado los permisos necesarios para llevar a cabo un evento de estas características. De confirmarse esta irregularidad, podría abrirse la puerta a sanciones administrativas y cuestionar la legalidad de una convocatoria que se disfraza de encuentro privado cuando, en realidad, se trata de un acto de adoctrinamiento político masivo.
Lo que sucederá este fin de semana en Ciudad Real no es un hecho aislado. Forma parte de un proceso más amplio de normalización de la ultraderecha en España, que busca instalar sus símbolos, sus discursos y sus rituales en espacios públicos y privados. El riesgo no es solo la proyección de una imagen de Ciudad Real como capital del odio y la intolerancia, sino el impacto real que este tipo de campamentos puede tener en la consolidación de movimientos ultras cada vez más organizados y activos en el país.