La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) es una asociación fundada en el año 1990. Conocida y muy activa en Andalucía, se trata de una organización sin ánimo de lucro que se define como pluralista, laica e independiente. Sus principios se fundamentan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El campo en el que actúan es el territorio andaluz, aunque puede alcanzar ámbito universal porque como afirman “los derechos humanos son patrimonio de toda la humanidad”.

Preocupada por la realidad socioeconómica que sufre Andalucía, APDHA ha llamado la atención sobre esta situación. Lo ha querido hace en plena conmemoración, el pasado 17 de octubre, del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. 

Vivir con dignidad

La erradicación de la pobreza es uno de los mayores retos globales a los que se enfrenta actualmente nuestra sociedad a escala global, porque la pobreza no es solo una cuestión económica. "Se trata de un fenómeno que comprende la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad, como el acceso al agua potable, a la electricidad, el saneamiento, los alimentos y a una vivienda digna".

Recuerda APDHA, "cuando hablamos de la erradicación de la pobreza, estamos tratando de la dignidad para todos y todas en la práctica". La dignidad no es solo un derecho humano, sino la base de todos los demás derechos fundamentales.

Según Eurostat, en el año 2022 había 95,3 millones de personas en la Unión Europea en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que supone el 21,6 % de la población total. Esta realidad evidencia, un año más, que las tasas de pobreza y exclusión social en Europa son altas y constantes. 

La cifra de pobreza más elevada de todo el Estado español

"Los datos para Andalucía", como explican en APDHA, "son aún más preocupantes". Según la Encuesta de condiciones de vida (ECV), en el año 2022 la tasa de pobreza alcanzó en Andalucía al 29,1% de la población y la de pobreza severa hasta un 14,4%. Cabe recordar que durante 2021, la brecha entre Andalucía (38,7%) y España (27,8%) en población en riesgo de exclusión se incrementó, según datos la Encuesta de Condiciones de Vida. Este informe revelaba, por ejemplo, que casi la mitad de los andaluces no podía permitirse unas vacaciones. La situación, lejos de aminorarse, va al alza. Se concluye que la brecha entre Andalucía y la media del resto de España, se ha ampliado.

Los datos vienen a corroborar el análisis que se desprende de la denominada tasa AROPE, el indicador que permite medir la población en riesgo de pobreza o exclusión social. En 2021 en Andalucía la tasa AROPE había alcanzado el 38,51%, la cifra más elevada de todo el Estado español y que, como apuntan desde APDHA, determina que "más de 1 de cada 3 andaluces se encuentran en riesgo de sufrir pobreza o exclusión social".  Actualmente hay 1.220.214 andaluces en situación de pobreza severa.

La crisis económica, financiera y sanitaria que hemos vivido durante las últimas décadas y años, agravada por la escalada belicista que vivimos actualmente, han complicado aún más "una situación que se revela ya como profunda y estructural". "Nuestra reivindicación pasa por la consecución de los derechos humanos mediante políticas sociales que garanticen al menos el acceso a derechos esenciales", explican desde la asociación andaluza.

Romper con las políticas neoliberales

Para avanzar, "urge aplicar políticas más contundentes de redistribución de la renta, terminar con los recortes de servicios públicos que profundizan las desigualdades existentes y romper con las políticas neoliberales que condenan al paro y a la precariedad a andaluzas y andaluces, en particular a los más jóvenes", señalan desde APDHA como receta para hacer frente a la situación. Por ello; ratifica su compromiso contra todas las formas de discriminación, incluida la aporofobia.

Por todo ello, la asociación ha hecho un llamamiento a la sociedad civil para que desde la aportación que cada colectivo o persona a título individual pueda hacer, se revierta una situación en la que la pobreza cada vez está más cerca de llamar a nuestras puertas.