La alcaldesa de Almería hizo caso omiso a las advertencias de los profesionales y se pasó por el forro al CSIC que había advertido de las consecuencias fatales para los animales de una reserva. Un recinto que alberga especies para su protección y que el hecho de organizar conciertos a pocos metros de este, podría acabar como ha acabado, con las muertes por “estrés y agitación” de tres gacelas mohor, entre ellas una cría de pocos días y otra a punto de parir, así como una hembra de arruí, también gestante, y una gacela de Cuvier recién nacida.
Estos animales protegidos han fallecido a consecuencia de los episodios de "estrés y agitación" sufridos en la Finca Experimental La Hoya tras los conciertos organizados por el Ayuntamiento de Almería entre el 19 y 22 de junio en este espacio, según ha indicado la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC).
Pérdida de unos animales de incalculable valor
La veterinaria del instituto de investigación, Sonia Domínguez, ha manifestado que los datos de las necropsias señalan que las causas de los fallecimientos se deben a “la desatención materna de una de las crías”, “un aborto” y “distintas lesiones traumáticas todo a consecuencia del estrés y agitación por los conciertos” de Alamar. Domínguez ha señalado que la muerte de estos animales "podría haberse evitado". Por su parte, la directora de la EEZA, Teresa Abáigar, se siente “frustrada” por el hecho de que el Ayuntamiento almeriense no haya mostrado el sentido de precaución “exigible” a una Administración pública, respecto a la protección de los ejemplares de la Finca. “Esperamos que, de cara al futuro, se adopten las medidas oportunas para que no vuelvan a suceder sucesos similares, subraya. Domínguez ha destacado el hecho de que se advirtiese al Ayuntamiento de la “especial sensibilidad” de estos animales y del momento “tan crítico” en el que se encontraban esos días durante la época de cría. “Hemos perdido unos animales de incalculable valor para los programas de conservación y eso no tiene vuelta atrás”.
Lo que acentúa la gravedad del hecho estriba en que previo a la organización de la serie de conciertos musicales, el Ayuntamiento y la alcaldesa del PP habían sido avisados y advertidos de las posibles fatales consecuencias. Desde el instituto de investigación, días antes del comienzo del festival y de sus conciertos, pidieron a la alcaldesa que cambiaran de sitio “debido a los problemas de salud que podían provocar a las especies de ungulados” de la finca. Este ruego no sirvió para nada pues el Ayuntamiento popular lo rechazó alegando que había un bajo impacto sonoro de los espectáculos programados. A pesar de los hechos fehacientes de las muertes de las gacelas, el equipo de gobierno sigue dudando de que los fallecimientos se hayan debido a los decibelios y al tremendo ruido generado. Alegan que las conclusiones de los científicos son “muy apresuradas” hasta tal punto que mantienen el programa y el sitio del próximo Festival de Flamenco y Danza, que comienza el próximo día 20 de julio, no planteándose el cambio de recinto.
El subdelegado del Gobierno en Almería ha criticado la pérdida “irreparable de estos ejemplares únicos en el mundo” y espera que las voces de los científicos se escuchen y sean atendidas en el futuro. Desde la oposición socialista, la portavoz municipal, Adriana Valverde, ha planteado escenarios alternativos para los conciertos futuros y ha criticado a la alcaldesa porque, a su juicio, ha actuado de “forma imprudente”.
La finca de la Estación Experimental de Zonas Áridas se halla detrás de la colina de la Alcazaba de Almería. En sus inicios (años 50 y 60 del siglo XX) sirvió de zona experimental para estudios de agricultura. En 1970, a partir de la llegada de las primeras gacelas y arruís del Sáhara Occidental, territorio español entonces, se denominó Parque de Rescate de Fauna Sahariana acogiendo unos pocos ejemplares de cuatro especies de ungulados en peligro de extinción del Sáhara Occidental.
En 2021 se conmemoraron 50 años de la llegada de las primeras gacelas a Almería y la población actual ronda los 400 ejemplares. Con estas especies se han llevado a cabo proyectos de reintroducción en Marruecos, Senegal y Túnez.
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