Este viernes arrancaba en Sevilla el 17 Congreso regional del Partido Popular de Andalucía. Lo hace en el momento de mayor debilidad del presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla. El escándalo de los cribados del cáncer de mama, cuyo estallido sucedió hace algo más de un mes y del que apenas se han ofrecido explicaciones, ha lastrado las siglas conservadoras y el nombre del jefe del Ejecutivo regional, hasta ahora intachable fuera de las fronteras sureñas – se llegó a plantear su nombre como futuro relevo de Alberto Núñez Feijóo -. Pero al margen de la conjura conservadora y del cierre de filas en torno al líder que quiere proyectar al PP desde el Palacio de Exposiciones y Congresos, la realidad engulle paulatinamente el camino que les separaba de un PSOE-A que, ensamblado ya el motor Montero, acecha en su objetivo de recuperar el trono de San Telmo.

Suenan redobles electorales en el horizonte andaluz. En realidad, se escuchan desde hace un tiempo, orquestados previamente por el propio Moreno Bonilla cuando el escenario era aún favorable. El caos de los cribados del cáncer de mama ha caído sobre el tablero andaluz como un meteorito que ha desbaratado todos los planes de los equipos estratégicos. El escenario es nuevo y cada vez es más acuciante para un Partido Popular que el impacto le ha despertado de la ensoñación de una segunda mayoría absoluta consecutiva. De ahí que el cónclave de este fin de semana sea fundamental para contener los daños y agitar de nuevo el árbol para la cosecha de junio de 2026 – cuando en principio se celebrarán los comicios regionales -.

El rearme socialista

El 17 Congreso se desarrolla en la fecha pertinente, libre de cálculos electorales habida cuenta de que el anterior se celebró en noviembre de 2021 y después de la reelección de Núñez Feijóo como presidente del PP el pasado mes de julio en Madrid. Moreno Bonilla reeditará el éxito de entonces, sobre todo porque el PP-A no contaba con una mayoría absoluta que ahora sí respalda al presidente de la Junta. La duda está en saber si serán capaces de reeditarla, con un terreno de juego en el que el PSOE-A ha recuperado parte del terreno perdido, en buena parte por la estrategia de luz de gas que ha asumido la Junta de Andalucía para controlar el impacto del escándalo de los cribados.

En la oposición han detectado que el perfil de Moreno Bonilla ya no cotiza al alza. El presidente de la Junta de Andalucía ha perdido la potencia que tenía hasta hace unos meses, cuando incluso se colaba en algunas quinielas de Génova que le situaban como el candidato óptimo para relevar a Feijóo una vez soltara los mandos de la nave conservadora. Pero los andaluces, según fuentes socialistas, han dejado de confiar en la papeleta conservadora, máxime cuando el PP-A se ha echado al monte en una guerra de señalamiento a la herencia recibida y corriendo una cortina de humo para ocultar su gestión. “La cara más fea del PP”, comentan altos cargos socialistas.

En círculos socialistas existe la convicción de que se ha abierto una ventana de “oportunidad” para presentar a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, como la única garantía para blindar y reforzar los servicios públicos ante un PP desgastado y abrazado al “ayusismo” como respuesta a la crisis. Estas mismas voces resaltan que el PSOE-A tiene no solo cuentan con una propuesta ilusionante, sino también una “propuesta de Gobierno”. Un perfil institucional con el bagaje de la ministra de Hacienda como carta de presentación, pero también como eje movilizador, también aprovechando la carta de que este caos sanitario no se percibe como un hecho aislado sino cronificado.

Cónclave en Sevilla

El 17º Congreso del PP-A arrancó este viernes a las 16:00 horas con una puesta en escena medida al milímetro y diseñada para reforzar el liderazgo de Juanma Moreno en su camino hacia la reelección como presidente del partido en Andalucía. La sesión inaugural estará marcada por una cadena de intervenciones protocolarias: abrirá el cónclave la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda; le seguirá María del Mar Vázquez, que será elegida presidenta del congreso; y cerrará el turno inicial el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, una de las voces municipales más alineadas con la dirección autonómica.

La jornada del sábado concentrará buena parte del peso político del congreso. Además de la discusión de las ponencias sociales, está prevista una tertulia con los siete alcaldes de capitales gobernadas por el PP, un escaparate que el partido quiere convertir en símbolo de gestión municipal y de modelo “exportable” al resto del país.

El plato fuerte llegará por la tarde: Juanma Moreno tomará la palabra a partir de las 18:00 horas para presentar oficialmente su candidatura a la reelección. Tras su discurso, comenzará la votación - entre las 19:00 y las 19:45 - y a las 20:00 está prevista la proclamación del resultado, que se da por descontado. Todo ello ante un auditorio multitudinario que el PP-A cifra en unas 5.000 personas y la presencia de cerca de 200 periodistas acreditados.

El congreso se cerrará el domingo, a las 11:00 horas, con las intervenciones del propio Moreno y del presidente nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo, en un intento de transmitir fortaleza interna antes de un otoño político que se anticipa convulso.

Relato triunfalista del “modelo Moreno”

Bajo el título “Andalucía con voz propia. Un proyecto transformador para todos los andaluces”, la ponencia política - de 43 páginas - se presenta como una defensa cerrada del relato de gestión del PP-A. El documento arranca con un diagnóstico en clave épica: “Hace apenas siete años, Andalucía estaba marcada por la incertidumbre, el desempleo y la falta de oportunidades”, asegura el texto, que contrapone aquel escenario a una comunidad que hoy, según el partido, “ha recuperado el pulso” gracias al liderazgo de Juanma Moreno.

El documento reivindica una forma de gobernar basada en la “moderación, el diálogo y el consenso”, y contrapone esa supuesta cultura política a la “crispación y división” que el partido atribuye a otros ejecutivos. Andalucía, sostiene la ponencia, sería ahora una “referencia de estabilidad”, un espacio donde el acuerdo es el “pilar del liderazgo”.

Uno de los capítulos más subrayados es el dedicado al papel de las mujeres andaluzas, a quienes se atribuye una contribución “decisiva” en todos los ámbitos de la comunidad. El PP-A reivindica que su proyecto impulsa una Andalucía “más igualitaria y cohesionada”, mientras que en otro bloque se destaca a la juventud como motor de creatividad y “energía transformadora”.

El documento concluye con la defensa de un compromiso renovado con una financiación autonómica “justa” que garantice igualdad real entre territorios. El PP-A recuerda la “infrafinanciación estructural” que padece Andalucía desde 2009 y reivindica que cuando la comunidad reclama justicia no lo hace “por privilegio, sino por dignidad”. Un mensaje que el partido pretende convertir en bandera política para los próximos años.

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