La desigualdad entre el norte y el sur de España sigue siendo evidente. Andalucía, un año más, sigue liderando la lista de municipios con una menor renta anual por habitante. Tanto es así que de las primeras 15 localidades que lideran esta lista, 12 son andaluzas, tal como se desprende de los últimos datos del INE sobre indicadores urbanos. Al tiempo, la Comunidad de Madrid, Cataluña y País Vasco lideran el ranking de los municipios que mayor renta por habitante tienen. Con las elecciones andaluzas a menos de un mes, y tras casi cuatro años de la llegada de la derecha a San Telmo, el milagro Moreno Bonilla sigue sin llegar.

El presidente andaluz ha presumido en varias ocasiones de bajar la tasa del paro, de la industrialización de la comunidad, las rebajas fiscales, las listas de espera en la sanidad… pero nada más alejado de la realidad. Los datos desmienten este milagro de Moreno Bonilla que, según pronostican los sondeos, tendrá que cambiar de socio de gobierno para abrazarse con el Vox de Macarena Olona si quiere seguir en la Junta.

“Los datos del INE destrozan el castillo de naipes del supuesto milagro andaluz que solo existe en la cabeza de Moreno Bonilla”, expresa Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía, añadiendo que estas cifras demuestran que “la realidad es que Andalucía no remonta, sino que va a peor”. “Nuestras localidades siguen copando los primeros puestos en municipios con menores rentas, con más paro y menos esperanza de vida”, recalca. Por su parte, fuentes socialistas enumeran una a una las cuestiones que desmontan el argumentario del PP.

En primer lugar, conviene mencionar el desplome de la convergencia con la Unión Europea que se ha producido: el PIB por habitante de Andalucía se situaba en 2020 en un mínimo del 59,4% de la media de la Unión Europea. Ha retrocedido en cinco años y es inferior al 75% de España, lo que supone 1.852 millones de euros más de deuda desde 2018. En 2021, era 3,7 puntos inferior al de 2018. Además, el peso de la industria andaluza en España también ha bajado un 10%. Ha retrocedido diez años y se sitúa en niveles mínimos del siglo.

El número de empresas inscritas en la Seguridad Social también ha descendido. En marzo de 2022 había una reducción de 20.262 empresas inscritas respecto a diciembre de 2018. Esto supone una disminución del 7,7% en el tejido empresarial andaluz, la mayor de todas las comunidades autónomas de España. Andalucía estaba en 2021 a la cola de España en tasas de pobreza (35,5%), en tasas de paro (21,7%), sobre todo juvenil (44,5%), y es la que más precariedad y temporalidad (33,5%) en el empleo tiene de todas las comunidades de España.

Andalucía, hasta marzo de 2022, era una de las pocas comunidades autónomas con niveles superiores de paro a 2018. Al finalizar 2021, solo el 2,3% de los contratos eran indefinidos, la peor cifra de contrataciones indefinidas de todo el país, cuando aún estaba vigente la reforma laboral del PP. Ahora, con la reforma de Yolanda Díaz, Andalucía es la que más beneficiada sale: es la que más reduce el paro en abril con 33.072 parados registrados menos y 161.136 contratos indefinidos, el 47% del total. No obstante, esta reforma laboral salió adelante pese a la oposición del PP nacional y andaluz.

En cuanto a la destrucción de empleos, los datos de la EPA del primer trimestre de 2022 apuntan a que Andalucía lidera la destrucción de empleos, con 32.000 empleos menos en el trimestre, que supone más del 30% nacional. Además, dos de cada tres empleos perdidos son de mujeres. Según la EPA, en el primer trimestre de 2022 resulta alarmante la huida del mercado laboral de 77.900 personas, que profundiza la tendencia de reducción de 132.000 activos menores de 45 años que se produce desde 2018.

Fiscalidad, superávit y servicios públicos

El milagro de Moreno Bonilla también se ve desmontado en lo que a fiscalidad y servicios públicos se refiere. Los regalos fiscales a las personas más ricas (400 millones de euros) no se han traducido en más recaudación. En el periodo 2020-2021 hay una disminución de 240 millones de euros, un 11,6% de pérdida de recaudación.

Además, el superávit que el popular ha vendido como un gran logro en 2021 tampoco ha existido como tal. Que la comunidad haya conseguido un superávit de ejecución presupuestaria no financiera de 1.490 millones de euros se debe a que ha contado con ingresos de fondos europeos y fondos finalistas del Estado, que no se han ejecutado. En términos de la Ley de Estabilidad Financiera, el resultado real es un déficit de 305 millones de euros en 2021, acompañado de un aumento de la deuda de 1.200 millones en el ejercicio, hasta los 37.291 millones.

El servicio sanitario andaluz sigue siendo de los peores de España. Pese a contar con 2.350 millones de euros adiciones del Gobierno central, Andalucía lidera, junto a Cataluña, las listas de espera de pacientes, con 122.959 pacientes en listas de espera a finales de 2021 y con un tiempo medio de 128 días para ser atendidos.

En la atención primaria, un paciente tiene un tiempo de espera promedio para una cita de más de siete días; para pruebas diagnósticas, más de veinte días en laboratorio y varios meses en ecografías; y para la deriva a especialistas de 105 días de promedio, llegando en ocasiones a los dos años.

Según el informe de los ‘Servicios Sanitarios de las Comunidades Autónomas’, realizado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, en 2021 Andalucía bajó, por primera vez en este siglo, al cuarto grupo de calidad del sistema sanitario, al que denominan, literalmente, el de “los peores servicios sanitarios de España”. La penúltima, solo delante de Murcia.

En Andalucía también existen más de 70.000 personas dependientes en lista de espera para ser valorados y se tarda más de 680 días en lograrlo. Andalucía es la segunda comunidad autónoma con más retrasos en la valoración y en 2021 han fallecido más de 9.000 personas que estaban en las listas de espera pendientes de ser valorados. Andalucía se sitúa como la comunidad con mayor déficit de plazas en residencias, con sólo 3,2 plazas por cada 100 mayores de 65 años.

Educación y pobreza

En el terreno educativo, hay 2.000 unidades educativas públicas menos, especialmente en zonas rurales, y se han puesto a 3.000 docentes en la calle. El gobierno de Moreno Bonilla ha recortado 135 millones de euros a las universidades en medio de una pandemia, ha aprobado un sistema de financiación que provocará el desmantelamiento del sistema universitario de la mayoría de provincias, a la vez que da luz verde a universidades privadas sin la calidad suficiente.

En cambio, la pobreza y desigualdad campa a sus anchas en amplias capas sociales. Según Save The Children, el 37,4% de las niñas y los niños andaluces se encuentra por debajo del umbral estatal de pobreza y el 14,5% por debajo del umbral de pobreza severa. La pobreza y la exclusión social se transmiten en un 80% de los casos de generación en generación.

Pese a todo ello, el gobierno de Moreno Bonilla ha aumentado en 29 el número de altos cargos desde 2018 (234 altos cargos en 2022); han multiplicado por tres el gasto en propaganda (17 millones en 2022); han subido el presupuesto para dietas hasta los 70 millones de euros; han aumentado en 330 millones el gasto sanitario por el rechazo a la compra pública innovadora de fármacos y el aumento de externalizaciones a la privada; entre otros.

Frente a todos estos datos, Teresa Rodríguez es rotunda: “Andalucía vive una situación estructural de injusticia y esto no es un fenómeno atmosférico ni paranormal, ni es culpa nuestra, de los andaluces y andaluzas”. “Es consecuencia de las malas políticas”, sentencia.