No es un apertura completa, pero se ha dado el primer gran paso. Ha ocurrido por fin esta medianoche tras casi 800 días clausuradas: Marruecos ha reabierto las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla en una primera fase restringida a ciudadanos de la Unión Europa y con permiso para circular en territorio Schengen.

La reapertura se produce dos años y tres meses después de que en marzo de 2020 estallara la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19 y justo un año después de la gran crisis migratoria provocada por Marruecos cuando propició la entrada masiva en España de varios miles de personas, entre ellas cientos de menores.

El cambio de posición de Marruecos llega tres meses después de que España diera un giro de 180 grados a su posición histórica sobre el Sáhara Occidental aceptando las tesis de Marruecos de convertirlo en una provincia autónoma del reino alauita.

Nunca antes los pasos del Tarajal en Ceuta y Beni Enza en Melilla habían estado tanto tiempo cerrados. Se trata de dos puntos especialmente sensibles por el tránsito de porteadores y de cientos de marroquíes que pasaban de forma habitual a los dos ciudades españolas.

Aunque queda pendiente abrir aduanas en ambos pasos, la posible regulación de visados y completar las obras en la valla, la expectación popular era grande anoche a ambos lados de la frontera. Cientos de ceutíes, melillenses y marroquíes quisieron presenciar personalmente un momento histórico para los dos países y trascendental para numerosas familitas, trabajadores y comerciantes.

La hoja de ruta trazada conjuntamente entre Madrid y Rabat comenzó semanas atrás con la reactivación del tráfico marítimo primero para personas y después para vehículos. Desde anohce, los pasos terrestres quedan parcilmente expeditos. En la primera fase, la que comenzó anoche, pasará solo el grueso de personas con pasaporte. Ya para la segunda, fijada el 31 de mayo, vendrán los demás, incluidos los trabajadores transfronterizos con unos requisitos concretos.

A partir del 31 de mayo se abrirá una segunda fase en la que podrán acceder "los trabajadores transfronterizos legalmente reconocidos". Los datos que manejan las autoridades de Ceuta cifran en 141 los trabajadores englobados en esta categoría que cuentan con la documentación en regla, dentro de un censo que superaba los 2.400 hasta que se cerró la frontera por el Covid, la inmensa mayoría empleadas del hogar.

Quedan pendientes cuestiones como retomar la aduana de Melilla y abrir una en Ceuta para regular el tránsito de mercancías y combatir el contrabando, además de posibles modificaciones legales para exigir visados como condición de acceso, poniendo fin a las excepciones con las provincias limítrofes. También se barajaba introducir cambios en la ley de asilo, informa Europa Press.

La Delegación del Gobierno en Ceuta prevé concluir antes del 1 de junio las obras que está ejecutando en el paso fronterizo para, entre otras cosas, instalar pilonas retrácticles en los carriles habilitados para el paso de vehículos con el fin de evitar nuevos intentos de entradas kamikazes en la ciudad.

Durante el mes próximo se instalarán las herramientas y sistemas de "frontera inteligente" con el que se equipará el paso para tener un control fehaciente de las personas y automóviles que entran y salen de la ciudad desde Marruecos, según confirmó la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos.

De forma complementaria a la orden ministerial, el Ministerio del Interior ha ordenado el refuerzo de los efectivos policiales tanto en Ceuta como en Melilla, movilizándose para ello a efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP).