Al líder del PP en Jerez y portavoz de su grupo en la Diputación de Cádiz, Antonio Saldaña, se le fue la mano con el fino. Exactamente, se le fue tres veces más de lo permitido por la ley. Denunciado por haber golpeado con el suyo a varios vehículos mientras intentaba aparcar, agentes de la Policía Local lo sometieron a la prueba de alcoholemia y, en efecto, triplicaba la tasa legal.

Saldaña ocupa formalmente el número dos en el organigrama del partido en Jerez, que preside la exalcaldesa María José Garcías Pelayo, pero a todos los efectos es el líder real del PP jerezano y encabezó la candidatura municipal en las elecciones locales del año pasado.

En declaraciones al digital lavozdelsur.es, Saldaña se justificaba así a preguntas del redactor Paco Sánchez Múgica: “No te voy negar que he dado positivo, pero no ha pasado nada más, ni he matado a nadie, ni ha ocurrido nada más; es verdad, he cometido un error y pido disculpas. Pero contar otra cosa es contar lo que no es”. 

En la primera prueba de alcoholemia en la que dio 0,88 miligramos de alcohol en litro de aire espirado, cuando la tasa legal permitida es de 0,25. En la segunda prueba de verificación la tasa bajó a 0,83. Ninguna duda, pues, de su estado de ebriedad, aunque Saldaña mantuvo en todo momento una actitud colaboradora con la Policía.

“Después de haber tomado vino de Jerez, di positivo”, explicó a modo de justificación. Aun así, al haber superado la tasa de alcoholemia de 0,60 mg/l, la denuncia será tramitada como delito penal. Saldaña puede ser condenado a una de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses o con trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y en cualquier caso privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.

En sus declaraciones a lavozdelsur, Saldaña añadía: “Parece ser que le he dado a algún coche y no me he dado cuenta. Cuando he aparcado cerca de casa estaba la Policía, he ido a la comisaría, he dado positivo, pero vamos, no ha habido ningún herido, ni he atropellado a nadie. Estaba perfectamente, tenía el coche allí y no lo debería haber cogido. Entiendo que he metido la pata y no debería haber cogido el coche, pero no ha sido nada descabellado, ni ninguna historia. He bebido unas copas de amontillado y es la realidad, pero ya está”.

El último caso de un politico al que las copas le han costado el cargo ha sido el del ya exalcalde de Badalona, el socialista Álex Pastor, que dimitió después de ser arrestado por una patrulla de los Mossos d'Esquadra mientras conducía bebido y haciedo eses por el centro de Barcelona.