Lunes, 8.12.- Llueve. En Almería estarán preparando migas. Asoma una nube y se van a por el perol y la sémola y los pimientos y los rábanos y los torreznos y las sardinas. Llueve poco, mejor nutrición.
Lunes, 8.-30.- Altocargo se ha despertado esquinado, como si fuera un lunes de los de antes. Yo le hablo del agua bendita para los campos, le preparo una tostada con el mejor aceite de Porcuna, le cito uno de sus preferidos, James Salter: quemaremos los días cuando todo haya pasado. No te me hagas la estupenda, con ese discursito de coach buenrollista de cuando tocabas en el coro del colegio. Este es el lunes más mierda que he tenido en mi vida, entiendo que me dice a través de la espuma del dentífrico. Incluso soportaría la visión de un capirote negro con calcetines blancos. Definitivamente, el confinamiento lo está dejando tocado.
Lunes, 21.12.- Boris Johnson, hospitalizado. El brexit no sirve contra el bicho. Me reprocho a mí misma muy firmemente que no haya podido no dejar de alegrarme (la doble negación siempre me fascina). De la paradoja.
Lunes, 17.35.- La seguridad no es un alivio si estás dentro de un ataúd. La libertad sirve de poco a los muertos. Están las frases hermosas: mejor morir de pie que vivir de rodillas. Y las historias sabidas: don Fernando de los Ríos se acercó a ver la Rusia de la revolución. Y le preguntó a Lenin: ¿Y la libertad? ¿Libertad para qué? Le dijo el otro.
Lunes, 18.05.- Me lo dijo un día Guerra, Alfonso, cuando ETA no dejaba de matar cada día, a las puertas de uno de aquellos entierros de niños andaluces metidos a guardias civiles por necesidad: hay que encontrar el equilibrio entre libertad y seguridad.
Lunes, 19,32.- Las aguas de la libertad empiezan a venir turbias de preocupación: si las dictaduras (China por ejemplo) gestionan mejor las pandemias que las democracias, los abascales se están frotando las manos. Sólo tienen que ponernos un guardia civil en cada puerta.
Lunes, 20.07.- Todavía es más importante producir un muerto de menos que un paseo por las nubes pero hace falta mucha pedagogía, mucho pacto y mucho de aquello que llamábamos talante, señor Sánchez, para controlar la escalada de pánico que aguardan todos los Lenin de España y la humanidad.
Lunes, 20.45.- Lo siento pero me gusta Rufián. Tiene ese punto que viene de Jaén, esa impertinencia de los audaces y bastante sentido común dentro del despropósito independentista. Le anoto una frase que venía a decir: están las cosas ahora como para ir a la tele a hablar de emancipación.
Lunes, 20.46.- Un viejo se compró un preservativo para prevenir el sida y se lo contó a un amigo. Está la cosa como para ponerle peso, le dijo el otro.