¿En Málaga qué pasa? ¡Que no tenemos casa! Cada día es mayor el clamor contra el desorbitado precio de la vivienda en la ciudad; pero el alcalde de Málaga, del PP, dice que no pasa nada. Él considera que el que no tenga dinero para comprar o alquilar, que se marche a vivir a otro lugar. Este es el presente y el futuro que les ofrece a los malagueños.

En Málaga la vivienda hoy en un lujo inalcanzable, porque está a precio de oro. Con un alcalde, Francisco de la Torre, que acaba de asegurar hace unos días que “no se deben topar los alquileres o regular el mercado, porque eso desincentivaría la oferta”; o lo que es lo mismo, que no está dispuesto a mover un dedo para bajar los precios. Lo peor, es que hay gente que no llega a fin de mes a consecuencia de los altos precios de los alquileres, pero que siguen dispuestos a seguir votándolo a él y a sus políticas.

El alcalde del PP utiliza el mismo argumento que las grandes sociedades inmobiliarias, cuyos intereses defiende a conciencia. Pero miente y sabe que miente. Ciudades como Berlín o París ha implementado topes al alquiler sin que ello haya reducido la oferta, incluso esta medida ha frenado la especulación y ha protegido a los residentes. ¡Que no nos engañe más!

La capital malagueña lidera el ranking de aumento en el precio de la vivienda. Según Idealista, el incremento en 2024 ha sido del 22% y el precio medio del metro cuadrado alcanzó los 3.300 euros. Hay zonas céntricas, como el Soho o La Malagueta, donde se superan ya los 5.000 euros por metro cuadrado.

Por otro lado, los alquileres han subido un 35% en los últimos tres años, situándose en 15 euros por metro cuadrado de media. Así un piso de 70 metros cuadrados representa un gasto de 1.050 euros mensuales, un precio prohibitivo para la mayoría de los malagueños, cuyo salario medio apenas supera los 1.300 euros netos al mes.

Según un reciente informe de la sociedad de tasación Tinsa, la tasa de esfuerzo en vivienda en Málaga alcanza el 57,7% de la renta. Además, en dicho documento se incide en que los precios han aumentado en todos y cada uno de sus 11 distritos. Y dicho crecimiento oscila entre el 6,5% de Campanillas y el 28,1% de Palma-Palmilla. Con un dato añadido más, y es que el metro cuadrado más caro se produce en el distrito Este a 3.504 euros, seguido del Centro a 3.024 euros y Teatinos a 2.808 euros.

A todo ello, cabe añadir que la explosión de alquileres turísticos ha agravado la crisis. Hay más de 14.000 apartamentos turísticos, sobre todo en el centro histórico y en la Malagueta. Todo ello reduce la oferta de vivienda, dispara los precios y despersonaliza barrios completos. ¿Y frente a ello qué hace Francisco de la Torre? Lo que hace es seguir promoviendo esta política, favoreciendo una Málaga exclusiva para turistas y nómadas digitales, mientras sacrifica la calidad de vida de sus ciudadanos.

Esta política de vivienda tan de ultraderecha de De la Torre ha tenido unas consecuencias devastadoras. Más de 40.000 malagueños han tenido que abandonar la ciudad en los últimos cinco años, según un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE). Málaga, la ciudad donde nacieron y crecieron, ya no es económicamente viable para ellos y ellas.

El PP ha conseguido que Málaga se configure como un espacio exclusivo para ricos y turistas. Son terribles las declaraciones del alcalde cuando afirmó que: “el hecho de que algunos ciudadanos tengan que vivir fuera de la ciudad tiene una importancia relativa”. ¿Cómo puede ser “relativo” que una familia malagueña no pueda permitirse vivir en su propia ciudad? Pero, por desgracia, esto es lo que piensa y siente De la Torre, que, “quien pueda pagar, que pague, y el que no, que se vaya a otro sitio y no moleste”.

El alcalde de Málaga está empeñado solo en los grandes proyectos urbanísticos de alto standing, como el rascacielos en el puerto o los lujosos complejos residenciales en el litoral. Pisos como la nueva promoción de la Térmica, que si tienen un dormitorio valen 550.000 euros y si tienen cuatro, alcanzan los 2,6 millones (más IVA). Pisos como los de las Torres de Martiricos que superan el millón de euros. ¿Qué trabajador o trabajadora malagueño pueden pagar estos precios?

Sí, precios prohibitivos para comprar una vivienda y falta de espacios verdes en los nuevos desarrollos. De la Torre ha rechazado en múltiples ocasiones propuestas de ampliación de zonas verdes alegando que estas “reducen espacio edificable” y, por tanto, perjudican la inversión. El modelo PP en Málaga no solo expulsa a los malagueños, sino que condena a la ciudad a un futuro medioambiental insostenible y socialmente desigual.

El alcalde de Málaga podría adoptar numerosas medidas. Podría regular los alquileres turísticos; podría fomentar la construcción de viviendas asequibles; podría aumentar las viviendas de VPO o podría invertir en crear zonas verdes, pero no hace nada de todo esto y para ello cuenta con la complicidad de Moreno Bonilla.

El modelo del PP en vivienda prioriza siempre el negocio por encima de todo. Favoreciendo las inversiones extranjeras y los grandes desarrollos, mientras condena a los malagueños al exilio forzoso. Francisco de lo Torre no quiere una ciudad que mantenga su esencia ni que garantice un futuro para sus ciudadanos.

Málaga no puede seguir siendo una ciudad que expulsa a los suyos, a los que nacieron y se criaron en ella. Málaga no merece un alcalde del PP que solo defienda los intereses inmobiliarios, mientras da la espalda y no escucha a los malagueños. Málaga necesita que se le devuelva el alma a su ciudad, en donde todos tengan el derecho a una vivienda, porque una ciudad sin malagueños y malagueñas ya no será Málaga.