La regeneración prometida por PP y Ciudadanos se hace esperar. Al menos en lo referente a los ‘directivos públicos’, que el pacto de investidura y gobierno entre ambos partidos diferenciaba nítidamente de los ‘cargos públicos’.

El punto 4.4 de ese pacto que haría presidente a Juanma Moreno –con el apoyo de Vox– decía textualmente que tendrán consideración de directivos públicos “los directores de las agencias, fundaciones y demás entes públicos instrumentales”, los cuales “ahora son nombrados libremente por el Gobierno”, pero dejarán de serlo para ser “elegidos por concurso público, abierto y transparente entre personas con experiencia y formación acreditadas para el desempeño del cargo”.

El perfil y el mecanismo de designación de la nueva directora de la Alhambra, cuyo nombramiento ha decidido este viernes el Patronato a propuesta de la consejera de Cultura y confirmará el próximo martes el Consejo de Gobierno, no se ajustan a lo comprometido por ambos partidos. No ha habido concurso público alguno y además el perfil de Rocío Díaz Jiménez es eminentemente político, aunque tiene experiencia en gestión turística y patrimonial.

Concejal y senadora

En la nota oficial sobre su nombramiento se informa de que hasta ahora venía desempeñando las tareas de portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Granada, pero no se menciona el cargo político más importante que ha ostentado: en las elecciones de diciembre de 2015 fue elegida senadora, responsabilidad que ocupó hasta las siguientes elecciones de junio de 2016, para dedicar íntegramente al Ayuntamiento.

Rocío Díaz Jiménez (Granada, 1975) es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Granada, graduada en Protocolo y Relaciones Institucionales por el Centro de Formación Continua de la Universidad de Granada, con formación también en el Programa de Liderazgo para la Administración Pública del IESE Business School.

También ha sido durante seis años concejal delegada de Turismo (2011-2016), así como vicepresidenta de la Agencia Albaicín, dependiente del Ayuntamiento y encargada de velar por la protección del barrio declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.  

Con anterioridad, Díaz fue responsable de Comunicación, Marketing y Relaciones Institucionales del Parque Metropolitano Industrial y Tecnológico de Granada (2006-2009), así como de diversas entidades y empresas privadas.

“Como en estos años”

Es improbable, pues, que Díaz Jiménez hubiera podido ganar la plaza de directora de la Alhambra en un concurso público “entre personas con experiencia y formación acreditadas para el desempeño del cargo”, como prescribía el pacto PP-Ciudadanos.

Cuando ayer fue preguntada por los periodistas si había “huido” del concurso público prometido, la consejera de Cultura Patricia del Pozo lo negó, pero no logró dar una explicación convincente. Se limitó a declarar: "Simplemente he mantenido el criterio que se ha venido manteniendo estos años atrás, únicamente me he ceñido a la normativa y he hecho todo lo que exigen los estatutos".

Para Del Pozo, Rocío Díaz está “plenamente cualificada para la gestión de la Alhambra”, que en todo caso cuenta “con destacados profesionales técnicos y expertos en las materias que afectan al enclave”.

Sin unanimidad

La Alhambra y el Generalife dependen funcionalmente de la Consejería de Cultura, pero en su Patronato conjunto están representados, además de la Junta de Andalucía que ostenta la mayoría, el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de la capital y la Universidad de Granada.

Como era previsible, dado que por la mañana el alcalde Francisco Cuenca (PSOE) había reclamado cubrir la plaza mediante concurso público, la propuesta de nombramiento hecha por Del Pozo obtuvo el respaldo mayoritario de los miembros del Patronato pero no su unanimidad.

Aunque en el pasado los socialistas nunca firmaron pacto alguno que los comprometiera a cubrir cargos directivos por concurso público, la exigencia ahora a sus adversarios de que lo hagan desprende ese tufillo ventajista que tanto reprochan los ciudadanos a la política.

La regla, no la excepcion

La Alhambra no ha sido el único ente público cuyo máximo responsable ha sido nombrado a dedo: el nuevo consejero delegado de la sociedad pública Cetursa, que gestiona la estación de esquí de Sierra Nevada, tampoco fue elegido por concurso público. El cargo recayó en Jesús Ibáñez Peña, funcionario del cuerpo de inspectores de Hacienda al igual que el concejero de Hacienda, Juan Bravo, de quien depende Cetursa.

En otros ámbitos, como la sanidad, tampoco se está cumpliendo el pacto de PP y Ciudadanos ya que los gerentes de los grandes hospitales andaluces están siendo nombrados por el consejero. Igualmente, la propuesta provisonal del Gobierno para el cargo de director general de la RTVA tampoco se ha hecho vía concurso.