Los capitanes que abandonan el barco en pleno naufragio no suelen salir bien parados: pasajeros, tripulación y armadores no les perdonan la espantada. Así ha sido acogida por la direccion nacional de Cs la decisión de Juan Marín de aceptar el nombramiento por parte del Gobierno andaluz del PP como presidente del Consejo Eocnómico y Social de Andalucía.

El exlíder de Cs en Andalucía y vicepresidente de la Junta ya no milita en el partido que lideraba a nivel regional desde 2014. Según explicaron ayer fuentes de Cs a Europa Press, Marín pidió su baja voluntaria el lunes 17, fecha en que se conoció que aceptaba el cargo de presidente del CES, dotado con un salario de 65.000 euros anuales.

En realidad, la militancia de Marín en su antiguo partido era incompatible con la dignidad de la organización tras aceptar un cargo de otro partido. La idea inicial del propio Marín era seguir militando en Cs porque entendía que el que iba a ocupar no era un cargo político sino institucional. Obviamente, su partido no estuvo de acuerdo y le pidió que se diera de baja, tras lo cual Marín la solicitó.

En declaraciones ayer a la cadena Ser, Marín reconoció que había llamado a Inés Arrimadas, la líder del partido, pero esta no le había cogido el teléfono. Tampoco lo hizo el responsable de Comunicación. Los armadores del barco naranja no perdonan la traición del capitán al que habían confiado la nave.

Arrimadas ya adelantó días atrás que la decisión de Marín de aceptar un cargo a propuesta del presidente de la Junta y del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, había "dolido" a sus compañeros de partido. La líder nacional le mostraba así la puerta de salida.

Según las mismas fuentes de Cs citadas por Europa Press, Marín pidió su baja voluntaria y aún está pendiente de ejecución. El secretario de Organización, Carlos Pérez-Nievas, se comunicó con el también exvicepresidente andaluz ese mismo día 17 y le trasladó que la mejor opción era darse de baja del partido para poder ejercer sus nuevas funciones con libertad y neutralidad, habida cuenta del cargo que ostenta.

También le recordaron al exvicepresidente de la Junta que el nombramiento podía colisionar con las políticas de regeneración democrática que defiende Cs. De hecho, la macroconsejería de la era responsable incluía en su larguísimo nombre el de Consejería de Regeneración.

Durante la campaña electoral, cuando todos los observadores auguraban el naufragio seguro de Cs, Marín declaró que si el partido no lograba representación él se iría a su casa. Al aceptar el cargo ofrecido por el PP incumplió su palabra.

La incoporación de Marín a la estructura de poder que dirige Juan Manuel Moreno cierra la metamorfosis política que se produjo en el político de Sanlúcar, que en la legislatura de 2015 a 2018 proyectó una imagen de centrismo y moderación que fue abandonando paulatinamente al incorporarse al Gobierno del PP.

Ya desde el palacio de San Telmo, Marín fue para el PP un socio de coalición extraordinariamente dócil, hasta el punto de que resultaba difícil encontrar diferencias significativas entre su discurso y el del Partido Popular. Se diría que mucho antes de aceptar el cargo en el el CES, siendo vicepresidente de la Junta Marín ya había sido abducido por el PP.

La organización naranja en Andalucía ha quedado completamente descabezada después de que el Gobierno autonómico haya ido fichando a sus dirigentes para colocarlos en puestos de responsabilidad. El último fichaje ha sido el de la expresidenta del Parlamento, Marta Bosquet.

Al parecer, el Partido Popular de Andalucía tiene el fichero de afiliados del partido naranja, que solo le habría podido ser entregado por sus responsables. Ese censo es una valiosa herramienta para completar el proceso de absorción puesto en marcha por el partido de Moreno.

La dirección nacional de Ciudadanos estudia la adopción de medidas legales porque la filtración de los nombres atenta contra la protección de datos o puede ser constitutivo del delito de revelación de secretos, entre otros.