El PP se ha quedado mudo. Mudo en la calle Génova de Madrid, mudo en la calle San Fernando de Sevilla y mudo en el palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía que ostenta el también presidente del partido, Juan Manuel Moreno Bonilla.

Conocidas ayer, las revelaciones por escrito del extesorero Luis Bárcenas a la Fiscalía Anticorrupción incluyen, negro sobre blanco, el nombre del expresidente del PP andaluz Javier Arenas como perceptor de “complementos salariales” procedentes de la caja B del partido y que, con regularidad, el propio extesorero entregaba en persona y en un sobre a los privilegiados.

Además de Arenas, figura en la lista de oro Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Federico Trillo, Pío García Escudero, Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes, Rodrigo Rato y Jaime Ignacio del Burgo.

Original y copia

De las anotaciones contables de Bárcenas, difundidas en 2013 y luego ‘olvidadas’ por el extesorero tras prometerle el PP que su mujer, Rosalía Iglesias, no iría a la cárcel, se desprendía que Javier Arenas cobró 225.762 euros entre 1997 y 2004.

El político andaluz fue secretario general del PP desde 1999 a 2003, etapa en la que Bárcenas era gerente. Cuando estalló el escándalo, Arenas lo negó todo: “Es una contabilidad falsa y fabricada”.

El carismático exlíder de la derecha andaluz lo negó entonces y en muchas otras ocasiones, pero tendrá dificultades para seguir haciéndolo. Bárcenas afirma que los papeles que certificaban la caja B fueron destruidos por Mariano Rajoy, aunque este no sabía que el tesorero se había guardado una copia.

Aun así, el extesorero, condenado a 29 años de cárcel de los que ya ha cumplido algo más de cuatro, admite que parte de los papeles fueron sustraídos en un asalto al estudio de su mujer, también en prisión y para la que Bárcenas espera obtener beneficios penitenciarios tras decidirse a hablar.

Un senador no del todo idóneo

Aunque desligado orgánicamente del PP-A, Javier Arenas es desde febrero de 2019 senador por la comunicad autónoma tras ser propuesto por su partido para el cargo. En el examen, más bien de trámite, que hubo de pasar ante la Cámara autonómica para confirmar su idoneidad para ocupar escaño en el Senado, comenzó así su intervención: “Mi nombre es Javier Arenas. Sobre todo, me considero un andaluz de los pies a la cabeza”.

Para el presidente Moreno, el señalamiento de Arenas por parte de Bárcenas es un problema cuyo alcance no puede predecirse en una etapa tan temprana del escándalo. Está por ver qué posición adoptan sus socios, Cs y Vox, que desde siempre han venido predicando enérgicamente contra la corrupción.

Si el líder de Cs y vicepresidente de la Junta, Juan Marín, muestra demasiada indulgencia en el caso Arenas, puede que su comprensión no sea bien vista por la líder nacional del partido, Inés Arrimadas, con quien las relaciones no son nada fáciles. Al no formar parte del Gobierno y estar últimamente molesto con el PP, Vox tiene más margen que Cs para ponerle las cosas difíciles a Moreno.

"Devuelvan el dinero"

Por ahora, en San Telmo y en la calle San Fernando hay un mutismo absoluto, aunque no podrá durar mucho porque la oposición ya empezó ayer mismo a pedir unas explicaciones que irán 'in crescendo' en los próximos días.

“Disuélvanse y devuelvan el dinero”, escribía ayer en su cuenta de Twitter el coordinador andaluz de IU, Toni Valero, como comentario a la noticia de El País titulada: “Bárcenas envía un escrito a Anticorrupción en el que confiesa que el partido se financió ilegalmente entre 1982 y 2009”.

Desde el PSOE, Antonio Pradas, vicepresidente del consejo de administración de la RTVA, se centraba el tratamiento dado por Canal Sur Televisión a la noticia de las acusaciones de Bárcenas: “No puede ser más tendencioso (…) no tiene nombre. Bueno, sí lo tiene, manipulación”.

¿Solo un preso?

En el ámbito nacional, el ‘marrón’ de tener que dar la cara en un día tan complicado como el de ayer se lo comió el portavoz popular en el Senado, Javier Maroto,

Sin mucho éxito, el diriente vasco intentó hacer creer a los periodistas que el explosivo escrito de Bárcenas “no preocupa en absoluto” al partido porque es “parte del pasado”.

Ahora, dijo Maroto, “hay otro presidente y otras forma de entender las cosas”. Y añadió: “Es la estrategia de un preso y yo no opino sobre la estrategia de un preso”.