En términos jurídicos, agosto es un mes inhábil. A pesar de nuestros recuerdos veraniegos de chiringuito, se trata de un lapso temporal que judicialmente no ha existido y podría decirse que, técnicamente, a 1 de septiembre nos encontrábamos situados cuatro días después de la declaración de Mariano Rajoy como testigo ante el tribunal que juzga la primera pieza del juicio Gürtel. De ahí que la acusación popular ADADE haya presentado ahora, en el plazo legal establecido, un recurso de súplica en el que pide a la Sala que se realice un careo entre el presidente del Gobierno y Luis Bárcenas para aclarar si Rajoyrecibió sobres con dinero en efectivo durante largos periodos de tiempo”, como afirmó el extesorero del Partido Popular.

Este mes en el limbo judicial ha servido a ADADE para preparar un escrito, firmado por Mariano Benítez de Lugo, el letrado que interrogó a Rajoy, y al que ha tenido acceso ELPLURAL.COM. En el texto no sólo se dan argumentos de peso para solicitar un careo entre Rajoy y Bárcenas, sino que también se carga con dureza contra el presidente del tribunal, Ángel Hurtado, por haber negado esta posibilidad de manera unilateral, sin debatirlo con la sala ni escuchar a las partes, lo que consideran un “grave atentado a nuestro derecho a la debida tutela judicial protegida por el artículo 24 de nuestra Constitución”.

El pasado 16 de enero, Luis Bárcenas fue interrogado durante este proceso que juzga la primera etapa de la Gürtel (1999-2005) reconoció la veracidad de los llamados papeles de Bárcenas, que calificó de “contabilidad extracontable” del PP. Ahí se registraban varias entregas de dinero en efectivo, entre ellas, algunas a Mariano Rajoy. Pero el presidente del Gobierno, en su comparecencia como testigo, negó haber recibido ningún dinero.

“Estábamos pues, ante dos declaraciones vertidas en el seno del Plenario, radicalmente contradictorias, que intrínsecamente abocaban a un contraste entre sus respectivos autores mediante el careo solicitado”, señala el recurso de súplica. ADADE reclama que se aclare si es verdad o no que Rajoy recibió “sobres con dinero en efectivo durante largos periodos de tiempo” y para ello acude a la jurisprudencia del Tribunal Supremo que aprueba el careo “para contrastar la eficacia de otros medios de prueba” y “depurar las contradicciones o discordancias”.

El propio Benítez de Lugo, tras acabar su interrogatorio a Rajoy y constatar estas contradicciones, pidió al tribunal que se sometiese al líder del PP a un careo con Bárcenas. Un extremo que el presidente de la Sala, Ángel Hurtado, rechazó con un “no es pertinente”. Una decisión que, señala ADADE, “atenta a la esencia de un Tribunal colegiado, sin haber recabado siquiera la opinión o criterio de los otros dos miembros del Tribunal a los que relegó –forzada e indebidamente- a un papel de ‘convidados de piedra’”.

ADADE cree que los tres jueces de la Sala deben debatir las peticiones de las acusaciones para tomar las decisiones “bien por unanimidad, bien por mayoría”, pero que “nunca tenía el presidente competencia para adoptar por sí solo una resolución de la naturaleza como la que impugnamos”.

Además, la acusación popular recuerda que aunque Hurtado estuviera en desacuerdo, los otros dos magistrados son mayoría y “podrían discrepar de la decisión presidencial, como en no pocas ocasiones ya lo han hecho imponiendo su mayoría”. Algo, precisamente, que ocurrió con la citación de Rajoy como testigo, a la que el presidente de la sala se negó, aunque poco pudo hacer frente al voto afirmativo de sus compañeros, aparte de emitir un voto particular.

De hecho, es una constante en la actuación de Hurtado. También se quedó solo para rechazar que fueran a declarar al tribunal los históricos secretarios generales del PP: Javier Arenas, Francisco Álvarez Cascos, Jaime Mayor Oreja y Rodrigo Rato.

Además, Hurtado también se opuso a la petición del exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, para que declarase el presidente del Senado, Pío García Escudero, lo que ocurrió el mismo día que Rajoy. Y es que en aquella ocasión, el resto de magistrados sí aceptaron la petición, mientras que el presidente la negaba al no entender él que hubiera “nuevas circunstancias”. Algo que podría volver a ocurrir en la relación Bárcenas-Rajoy y que Hurtado podría estar esta vez rechazando de forma “sesgada” y “manu militari”.