Inmigración ilegal y comercio ‘atípico’ son, según quienes a diario han de desempeñar su trabajo en las fronteras de Ceuta y Melilla, los dos grandes problemas a los que se enfrentan los funcionarios. 

La pasada semana, otra muerte de una porteadora en una nueva avalancha al tratar de entrar en Ceuta, reabría la polémica sobre la situación en estas vallas en las que huele a polvo y humo. Marruecos cerró entonces hasta este martes el paso comercial del Tarajal II. 

“Es una explotación consentida”, denuncian fuentes policiales a ELPLURAL.COM. “Ser policía o guardia civil en esta zona es muy duro. A nivel psicológico es muy difícil no reflejar el estado anímico sobre tu familia cuando llegas a casa”.

No dudan en calificar su trabajo de “penoso”. Unas 3.000 personas cruzan a diario la frontera yver a mujeres de 60 años o más cargar con esos pesos es demoledor”.

Las porteadoras, buena parte son mujeres, son explotadas física y comercialmente. “Ganan un euro o dos por cada bulto”, nos cuentan y “esperan horas a que el intermediario hable con los aduaneros marroquíes, que se llevan su ‘tajada’”.

Cuando por fin se da el paso “van en avalancha porque no pueden arriesgarse a que se cierre y no llegar”. Según las declaraciones de integrantes del cuerpo nacional de Policía a este medio “hay auténticas mafias” y hay riesgos, “de vez en cuando se lían a pedradas, varios agentes aquí han perdido un ojo”.

A juicio de estos funcionarios “España se está olvidando de todo esto y el gobierno de Melilla lo ve con gafas muy oscuras”. A estas quejas, suman otras muchas preocupaciones, como las que tienen que ver con coches 'de contrabando'. “ Tenemos problemas de atropellos, los vehículos se dan a la fuga y se meten en Marruecos".

“Los convenios que hacen más permisivo el paso a las personas limítrofes a las fronteras solo responden a intereses propios basados en contentar a los comerciantes”, denuncian. Cabe recordar, que el gobierno español aplicó en su momento un estatus especial a estas fronteras, tal y como figura en el Acta Final del Acuerdo de Adhesión del Reino de España al Convenio de aplicación del Acuerdo de Schengen, lo que “ha deteriorado más la seguridad en estos puntos”.

Sin protocolos ni instrucciones

Otras de las quejas de los funcionarios que trabajan en estas fronteras tiene que ver con la falta de un protocolo riguroso que seguir. “Abrimos a las siete de la mañana y seguimos nuestro propio criterio. Faltan instrucciones precisas y oficiales jefe que asuman la responsabilidad, además de cobrar 5.000 euros al mes. Solo cuando llegan quejas se piden cuentas e igual acabas suspendido de empleo y sueldo.”

La Agrupación reformista de Policías (ARP) ha denunciado la situación en las fronteras de Ceuta y Melilla en varias ocasiones, solicitando la puesta en marcha de “un sistema que regule el paso obligado de las mercancías de forma adecuada, conforme a los convenios internacionales entre países fronterizos”.

Para este sindicato, se debe poner fin al paso de las porteadoras procedentes de Marruecos en territorio de la Unión Europea, “un negocio que a todos nos debe avergonzar, y que acarrea serios problemas de seguridad laboral y jurídicos”. Del mismo modo, hay que revisar las condiciones laborales de los funcionarios destinados en ellas.

Consideran que en las fronteras de Ceuta y Melilla se debe aplicar el Convenio Internacional sobre la Armonización de los Controles de las Mercancías en las Fronteras que señala el Convenio de Kyoto Revisado (CKR)

Hace pocos días, demandó al Ministerio del Interior y al resto de formaciones políticas del parlamento español su adecuación a las normas de órdenes fronterizas de la Unión Europea y políticas de inversión de las mismas, ya que no se han destinado medios suficientes en materia de infraestructuras, más allá de "levantar unas vallas que son objeto de denuncias nacionales e internacionales y que deberían ser motivo de supresión”.

Por todo ello la Agrupación ha elaborado un total de ocho propuestas de reforma legislativa, entre las que figura la supresión del Artículo 36 de Adhesión al Tratado de Schengen por parte del Gobierno de España,  el acuerdo entre los reinos de España y Marruecos sobre la creación de comisarías conjuntas en las zonas fronterizas, tendentes a frenar el éxodo por razones de pobreza, la eliminación progresiva y consecuente de la valla fronteriza como único medio de persuasión y la aplicación de controles humanos.