Esperanza Aguirre está enfadada. Al menos así es como se ha mostrado ante la prensa, respondiendo a sus preguntas con un tono poco adecuado o negándose a hablar de la trama Púnica. “¡A ver, que no me hagas siete repreguntas!” u “Otra, otra, otra pregunta”, han sido algunas de sus frases.

Este lunes, ELPLURAL.COM ha publicado una serie de grabaciones que pertenecen a la Pieza Separada 3 de Púnica centrada en la investigación de las operaciones de la supuesta trama en la Región de Murcia y sus negocios con destacados dirigentes del Partido Popular, con especial relevancia en aquellos que afectan al actual presidente regional, Pedro Antonio Sánchez. Con toda la documentación en la mano, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil acusa en su informe a Pedro Antonio Sánchez y su jefe de gabinete, David Conesa, de “supuestos delitos de fraude en la contratación pública”.

Este es el tema porque el que una periodista ha querido preguntar a la exlideresa que se ha centrado en decir que unos audios no son una sentencia y que prefería pasar palabra e ir a otra cuestión.

Y aunque reconoce no saber que se dice en los audios, "no tengo ni idea, no he oído las grabaciones", sí se ha atrevido a quitarles credibilidad. "Las conversaciones pues son muy interesantes, pero no dejan de ser conversaciones", “cuando salga alguna sentencia lo veremos”, "las grabaciones no son sentencias judiciales", ha dicho.

Niega la Púnica

Ante la insistencia de la prensa de hablar sobre este asunto, ha llegado el momento en el que Aguirre ha perdido los papeles. “¡A ver, que no me hagas siete repreguntas! Pregúntame otra cosa por favor. Otra pregunta”, ha exigido Aguirre para acto seguido asegurar que durante sus mandatos "no se empleó ningún dinero público para mejorar la reputación de nadie" sino que se pagaron 1.800 euros al mes "para que en las redes pudiéramos poner los avisos y las necesidades de cada una de las Consejerías".

"Desde luego se hacían" seguimientos de redes para conseguir, por ejemplo, que la Consejería de Educación madrileña tuviese espacio para informar de periodos de matriculación.

Hay que recordar que la trama Púnica investiga una supuesta corruptela al adjudicar con dinero público trabajos de reputación a favor del ahora presidente de Murcia.

Las grabaciones, entre Alejandro de Pedro, su socio José Antonio Alonso Conesa, y empleados de ambos y técnicos y jefes de gabinete de distintas consejerías en Murcia, ponen de relieve la existencia de cuatro reuniones en las que participó el entonces consejero de Educación y hoy presidente, Pedro Antonio Sánchez, entre junio y octubre de 2014, y el interés de Sánchez por alcanzar un acuerdo para lavar su imagen en las redes sociales.